A mediados de los siglos XV y XVI, Portugal y España ya se consideraron las dos naciones más poderosas del mundo en el momento de haber avanzado en las Grandes Navegaciones, saliendo de su continente en busca de nuevas tierras para explorar. Tuvieron éxito en la explotación de las Indias, trayendo grandes lucros para Europa y para sus reinos en particular. Fue así que, animado por la posibilidad de explotar otras tierras y traer de ellas riquezas para Portugal, Dom Manuel organizó un escuadrón comandado por Pedro Alvares Cabral, diciendo que aspiraba a dominar el comercio de Oriente.
Así es como las embarcaciones de Cabral partieron desde Portugal el 9 de marzo de 1500, con cerca de 1.400 hombres, entre marineros, técnicos de navegación, oficinistas, cocineros, sacerdotes y ayudantes, y acabaron por desviarse del camino de las Indias (intencionalmente o no), alcanzando las Américas, específicamente Brasil, el 22 de abril de 1500.
En esta fecha las carabelas de la flota portuguesa llegaron al litoral sur del actuado estado de Bahía, donde avistaron un monte – bautizado de Monte Pascoal, pues llegaron allí en la época de Pascua.
Cuando llegaron a Brasil, se mantuvieron en contacto con los nativos, escribieron al rey de Portugal contando todos los recursos naturales encontrados, y se establecieron con una colonia de explotación.
El desembarque tuvo lugar el 23 de abril, 45 días después de la salida de Portugal. Dos días después, el 26 de abril, se celebró la primera misa en el territorio. El 1 de mayo, Pedro Alvares Cabral oficializa la posesión de las tierras brasileñas por la Corona portuguesa con la celebración de la segunda misa frente a una cruz marcada con un escudo de armas real.
A pesar de los avances en la investigación histórica, hoy en día hay historiadores que defienden la tesis de que Cabral habría llegado aquí por casualidad, mientras que otros creen que la llegada del explorador portugués fue intencional porque Portugal ya tenía sus técnicas en navegación muy avanzadas y muchos intereses por explorar ‘nuevas tierras’. Hay todavía historiadores que afirman que antes de Cabral, Portugal ya había llegado a las tierras brasileñas por medio de otras expediciones.
