Se resolvió uno de los grandes enigmas de la ciencia: el origen de la pelusa en el ombligo. Con este fin, un investigador australiano Karl Kruszelnicki investigó sobre las causa con una muestra de 4,8 millones de personas que aceptaron participar en la encuesta. Una de las revelaciones del estudio es que dos tercios de estas personas tienen pelusa (que proviene de la ropa).
En los resultados de la investigación, el porcentaje de hombres con pelusa es superior al de las mujeres (a mayor edad, más pelusa). El azul es el color predominante (así como en la ropa). Y las hebras del pelo del cuerpo parecen conducir a su destino final. “Al igual que todos los caminos conducen a Roma, todos los pelos de la barriga conducen hasta el ombligo”, dice Kruszelnicki.
La investigación australiana ha merecido el Premio Ig Nobel, otorgado por la Universidad de Harvard a experimentos científicos que no pueden ni deben ser reproducidos.