El conocimiento medieval era fundamentalmente libresco, es decir, basado exclusivamente en las informaciones y explicaciones contenidas en libros tradicionales –principalmente las Sagradas Escrituras (Biblia) y los textos de los Padres de la Iglesia– autoridades teológicas cuyos escritos forman el conjunto llamado Patrística. La patrística era una fase medieval con una visión teológica del mundo. Con el advenimiento del pensamiento renacentista, la curiosidad y la crítica valoraron la observación científica e impulsaron el experimentalismo. Para la ciencia renacentista, todo es objeto de ser explicado con rigor a través de la ciencia. El resultado fue un extraordinario desarrollo en el campo de las ciencias.
Un ejemplo interesante de la ciencia del Renacimiento es Leonardo Da Vinci. Aunque conocido principalmente por su producción artística, Da Vinci desarrolló ideas científicas notables –muchas de ellas conocidas después de su muerte. Fue el precursor de muchos inventos modernos, como la máquina voladora, el paracaídas, el submarino y el coche de asalto (carro de combate).
El polaco Copérnico demostró que la Tierra no es el centro del universo. El geocentrismo (el Sol girando alrededor de la Tierra) iba a ser sustituido por el heliocentrismo (la Tierra girando alrededor del Sol). Su investigación fue complementada por el alemán Kepler y el italiano Galileo Galilei. Este último tuvo que desmentir sus ideas científicas para escapar de la condena a la hoguera.
En medicina, Andreas Vesalius es considerado el creador de la anatomía; el español Miguel Servet descubrió la pequeña circulación sanguínea; el francés Ambroise Paré mejoró la cirugía al crear la técnica de ligadura de las arterias; el alemán Paracelso estudio la aplicación de ciertas drogas medicionales.
A pesar de todo el progreso científico e intelectual registrado en el Renacimiento, no hay que olvidar que sólo la élite tenía acceso a ella. Paradójicamente, persistieron –sobre todo en las clases más bajas– las creencias en lo sobrenatural y lo mágico, heredadas de los alquimistas y brujos de la Edad Media o las raíces más remotas.
La literatura del Renacimiento se caracterizó por el uso de las lenguas nacionales con un uso escrupuloso de la gramática. Los temas principales de las obras literarias son diversos, pero podemos destacar el valor de la lírica amorosa, el uso metafórico de la mitología greco-romana, los grandes logros de la personalidad humana y las cuestiones relacionadas con la política y las sátiras de las costumbres sociales y la vida cotidiana.
