La Revolución Industrial se produjo en el siglo XVIII. La Revolución Comercial y la acumulación de capital privado salieron de relieve como principales causas de la revolución.
La Revolución Comercial fue un proceso que comenzó con los grandes viajes del siglo XV. La Revolución Comercial se prolongó hasta el momento de producirse la industrialización. Europa era una gran potencia, el continente más rico de todos. En ese momento, lo que permitió la riqueza de Europa fueron los contactos con el continente, siendo América uno de ellos.
El descubrimiento de Brasil por los portugueses abrió el camino a los ricos interesados en el comercio localizado en las Indias. Los portugueses tomaron posesión de los productos tropicales. Esclavos y metales preciosos fueron comercializados con grandes márgenes de beneficio. Un gran mercado mundial se formó del colonialismo. A través de los mercados es que se concentró mucha riqueza en Europa, ese proceso es llamado de Acumulación Primitiva de Capital que resultó en el origen de la Revolución Industrial.
Las ideas de la Ilustración (sociales, políticas y económicas) del siglo XVIII fueron cuestionadas y ello resultó en una verdadera revolución intelectual que se expandió alrededor del mundo y que todavía está repercutiendo hoy en día.
El absolutismo fue criticado por los ilustrados al proponer un nuevo modelo de sociedad. Así, el Estado empezó a respetar los intereses de los ciudadanos.
Los ilustrados creían que todos los hombres eran iguales y libres y que a través del trabajo podrían prosperar económicamente.
La resistencia, la libertad y la propiedad privada abogaron también por principios de la Ilustración.
El absolutismo se estableció en Inglaterra y esto condujo a la burguesía a hacer una alianza con la nobleza. Poco después se promovió un proceso de expulsión de campesinos de sus tierras. Las tierras de los campesinos se transformaron en zonas de pastoreo de ovejas que proporcionaban la materia prima para la lana. Luego vino el éxodo rural intensificado y se generó una gran cantidad de mano de obra en las ciudades. Por lo tanto los salarios comenzaron a sufrir un descenso de categoría dada la alta oferta disponible.
Las largas horas de trabajo, el encarcelamiento de los trabajadores indignados a abandonar los puestos de trabajo y el pago de sueldos insignificantes obligó a los trabajadores a permanecer trabajando durante muchas horas, sin la pensión de garantía si algunos trabajadores se lastimaban. Además, mujeres y niños empezaban a trabajar bajo condiciones igualmente negativas.