La invención del avión revolucionó la matriz de transporte global, ya que de este modo ofrece una velocidad en el movimiento de pasajeros y de carga. La aparición de varias líneas aéreas llevaron a la caída de los valores de los pasajes y, en consecuencia, un mayor número de personas comenzaron a utilizar el avión para ir a los viajes, tanto en territorio nacional como internacional.
Para garantizar la seguridad y eficacia en este tipo de transporte no basta el estado de conservación de las aeronaves, la cualificación de los pilotos y estructura de los aeropuertos, siendo necesaria, también, un equipo para controlar y coordinar el tráfico aéreo. Por lo tanto, personas altamente cualificadas son responsables del control del espacio aéreo pudiendo garantizar la circulación segura de las aeronaves.
Estos profesionales, denominados controladores aéreos, son los responsables de la planificación, gestión y control de vuelos, la evaluación de las condiciones climáticas, la asignación del espacio aéreo, la ruta, la velocidad del avión, la altitud, flujo de aviones, entre otros factores que pueden interferir con la seguridad del vuelo.
La información se transmite a los pilotos de los aviones de los controladores aéreos que están en el poder. Los datos deben ser transmitidos de forma clara y objetiva, siguiendo un patrón establecido.
Las normas y los métodos utilizados para el control de tráfico aéreo son variables y dependientes de cada país quedando bajo la orden de diferentes organismos e, incluso, ministerios del gobierno.
