Asistiendo imagenes por televisión o en películas americanas, observamos que las transitadas carreteras de Nueva York revelan un impresionante predominio de vehículos amarillos. En poco tiempo, podemos percibir que aquellos coches de la misma coloración constituyen la misma flota de taxis que circulan por uno de los mayores centros urbanos del mundo. Más que un simple medio de transporte, los taxis amarillos de Nueva York se consideran una curiosa atracción turística de aquel lugar.
Los taxis amarillos forman ahora uno de los iconos de la ciudad neoyorkina, muy comunes en postales locales. Siendo una tradición más que centenaria, los taxis neoyorquinos comenzaron su historia en 1907, cuando el primer automóvil movido a combustible comenzaba a ofrecer ese tipo de servicio. En la década de 1970, ese vehículo fue inmortalizado por la afamada cinta de cine ‘Taxi Driver’, donde el actor Robert De Niro interpreta al legendario Travis Bickle, un joven taxista que enloquece en medio del submundo que apenas los conductores de la época conocían.
El color amarillo de los taxis neoyorquinos también constituye una parte de su rica historia, especialmente cuando se investiga la transformación del servicio en un negocio importante. En 1915, John Hertz, que era dueño de una flota de taxis, leyó en un boletín de la Universidad de Chicago que el color amarillo oscuro, obtenido con la mezcla de amarillo con un poco de tinta roja, podría ser identificado por cualquier persona a un centenar de metros.
La teoría académica condujo finalmente al empresario a pintar su flota de cuatro vehículos con el tono que hoy caracteriza a los taxis en Nueva York. Más que una mera cuestión de gusto, el cambio de color proporcionó un margen de beneficio más alto y, en poco tiempo, John Hertz se convirtió en el dueño de la mayor empresa de taxis en la ciudad. No fue sino hasta la década de 1970 que la idea de Hertz se empleó oficialmente en la estandarización de todos los taxis de la ciudad.
Hoy en día, los taxis neoyorquinos son sometidos a una serie de proyectos destinados a proporcionar el transporte tradicional a los nuevos tiempos. En 2007, se informó el interés de la inserción de motores biocombustibles en toda la flota, lo que reduciría drásticamente el gasto en abastecimiento y reduciría la emisión de gases de efecto invernadero. Recientemente, la Comisión de Taxis y Limusinas de Nueva York abrió un espacio para recibir nuevas ideas que podrían ampliar los servicios disponibles en el taxi amarillo estandarizado.