La hormiga tiende a sobrevivir más tiempo en el vidrio cerrado en que hay una planta, teniendo en cuenta que habrá fotosíntesis y, consecuentemente, la producción de oxígeno, esencial para la vida animal.
En un envase cerrado en el que no hay ninguna planta, el oxígeno podría ser consumido por el aliento de las hormigas hasta el final, resultando en la muerte del insecto.