En los seres humanos, al igual que en todos los mamíferos, la circulación es hecha a través de un sistema cerrado de vasos sanguíneos, cuyo núcleo funcional es el corazón. La circulación sanguínea es responsable por la propagación de alimentos y de oxígeno y retirada de los restos formados por las actividades celulares; ese trabajo es realizado por la sangre.