En el capitalismo el tiempo no implica dinero. El tiempo puro y simple no mueve el proceso de compra y venta con fines de lucro, que es en sí la base del capitalismo. Para transformar el tiempo en capital y acumular ganancias es necesario que exista trabajo y, si es posible, plusvalía (el valor creado por encima de la fuerza de trabajo, es decir, la base de la acumulación monetaria o la diferencia entre lo invertido y lo generado).