La Ilustración fue impulsado por el contexto socio-político y económico europeo y el progreso de la ciencia. En ese momento, el feudalismo daba sus últimos coletazos y no tenía más sentido ante un comercio emergente y activo; las monarquías absolutas alcanzaron su pico y dejaron de ejercer su influencia absoluta; la burguesía ganó fuerza como clase social nueva y no toleraba el autoritarismo de los reyes ni los privilegios del clero y de la nobleza.