En el momento de las Cruzadas, las migraciones de la población entre grandes extensiones territoriales no eran un viaje seguro o cómodo, pues las enfermedades se diseminaban con gran facilidad y rapidez – como la Peste Negra (también peste bubónica o muerte negra). Los desplazamientos eran realizados con grandes caravanas que tenían como motores cuadrúpedos, principalmente caballos, y cuando el viaje se desarrollaba por mar, eran realizadas con grandes embarcaciones bajo condiciones poco salubres.