Lo que te cubre, te descubre.
Dice que el atavio, segun y como, antes delata que enmascara. Asi, se cuenta que una vez el duque de Najera entro en la corte de Carlos V con tan fastuoso sequito, que la austerisima emperatriz Isabel no pudo por menos que murmurar: El duque mas viene a que le veamos que a vernos..