Harto, del ayuno no tiene cuidado ninguno, (El)
Porque el egoismo le hace inmisericorde con las privaciones de los demas. Asi Richelieu, a quien una vez llego a decirle cierto porfiado solicitante: Eminencia, yo tengo que vivir, y el purpurado, despues de mirarle de arriba abajo, respondio con helado desden: No veo la necesidad..