La irradiación de la invasión de la Tierra por los marcianos, hecha por el cineasta Orson Welles en 1938, dio pruebas de la repercusión que tiene la radiodifusión sobre el público. La novela de H. G. Wells, ‘La guerra de los mundos’ se transmitía en radio como si fuera un reportaje causando el pánico en la ciudad de Nueva York.
La radiodifusión es la transmisión de sonido en el espacio en forma de ondas similares a las de la luz y el calor por las variaciones en la corriente eléctrica. Inicialmente llamado telegrafía sin hilos, el nuevo medio recibió denominación de ‘radio’ en 1912. En el lenguaje común, la palabra ‘radio’ ha sustituido el concepto de radiodifusión sonora por medios técnicos altamente mejorados. El término también se refiere al receptor de ondas de radio.
Principios de operación
Una estación de radiodifusión se compone de elementos activos (válvulas/transistores), circuitos modeladores de onda (AM/FM) y osciladores (productores de onda). Integran el sistema de un control de intensidad (amplificadores), antenas (generales o direccionales) y líneas de transmisión (entre equipamiento y antena). Completan la estación un estudio a prueba de sonido, un mezclador para armonizar salidas y sala de control para transmisión en cadena. Cuando la estación transmisora se encuentra distante el estudio, un circuito especial hace el enlace de ambos.
En una estación de radio, un micrófono instalado en el estudio recoge los diversos sonidos. Las mínimas e imperceptibles variaciones de presión de la corriente de aire provocan vibraciones en una membrana metálica (diafragma) instalado en el interior del micrófono, que generan una corriente eléctrica fluctuante, una oscilación eléctrica cuyas variaciones corresponden a las de las presiones de aire o de la velocidad de la onda sonora.
La oscilación es una corriente eléctrica que, en lugar de fluir en una sola dirección, cambia la dirección de su flujo a intervalos regulares. En esta primera etapa, existe por lo tanto la transformación de las ondas sonoras en ondas eléctricas. Las señales eléctricas a continuación, pasan por el amplificador para expandirse. En la práctica, el transmisor de radiofrecuencia genera potentes oscilaciones de frecuencia, más altas que las producidas por la fuente original de sonido y que se irradiarán por el espacio. Después de ampliadas, las oscilaciones de alta frecuencia de los micrófonos pasan para el modulador, conectado a la salida del oscilador de tal forma que cualquier oscilación en la corriente eléctrica procedente del estudio, en comparación de variaciones sonoras, provoque cambios correspondientes en las amplitudes de contorno de onda del oscilador. Es la modulación de amplitud.
Las oscilaciones combinadas de audio y de radiofrecuencia se dirigen entonces a la antena transmisora, de la cual se irradian en forma de ondas electromagnéticas, capaces de viajar por el espacio a largas distancias. La onda de radiofrecuencia es llamada de onda portadora que, cuando carga señales de audio, se dice que está modulada.
El aparato receptor de radio está destinado a captar las ondas radiadas por un transmisor. Su función principal es recibir y seleccionar la señal deseada, entre muchos indicios de que las antenas de transmisión envían para la antena receptor, y lo convierten en audible. Esa señal debe ser modificada y amplificada, para que se obtenga, con la ayuda de los altavoces, una reproducción fiel del mensaje transmitido.
La energía captada por la antena es presentada a la entrada del receptor de radio en la forma de ondas de radio, que actúan como soportes de información a transmitir. El circuito receptor elimina la señal de onda portadora a través de un proceso llamado detección con el fin de extraer la información presentada por la modulación. En esta etapa, la información es convertida en corriente eléctrica sustancialmente idéntica a la corriente variable del micrófono de las estaciones transmisoras distantes. Las corrientes del receptor actúan sobre el diafragma del altavoz, que, por proceso inverso al del micrófono, produce variaciones de presión en el aire, lo que acaba por reproducir el sonido original.