El tereftalato de polietileno, comúnmente conocido por sus siglas en inglés PET, es un tipo de plástico utilizado en la fabricación de botellas (refrigerantes, agua, zumos, aceites…) y algunos tipos de tejidos. Desde el punto de vista químico, el PET es un polímero termoplástico. Una de las grandes ventajas de PET es que puede ser reprocesado muchas veces, facilitando y favoreciendo su proceso de reciclaje y continuo uso en la cadena de producción.
La importancia del reciclaje de PET
Con el uso a gran escala de botellas hechas con este poliéster, principalmente de los principios de 1990, surgió un grave problema ambiental. Muchas de estas botellas termoplásticas son desechadas y terminan en tierra, ríos, aguas residuales, océanos y bosques produciendo daños ecológicos significativos. Este material puede soportar hasta 750 años en la naturaleza, siendo de fundamental importancia su recolección y reciclaje.
Además de favorecer el medio ambiente, el reciclaje de botellas de PET genera puestos de trabajo en las cooperativas de recolectores de basura reciclable y también en las empresas que trabajan directamente con el proceso y la producción de materias primas de botellas de PET reciclado. En lugar de contaminar el medio ambiente, el material puede volver a la cadena productiva.
Proceso de reciclaje
El reciclaje de botellas de PET suele seguir el siguiente proceso.
1) Los productos fabricados con PET pasan por un proceso de lavado y prensado.
2) Los fardos de PET pasan por un proceso de trituración.
3) El PET molido pasa por un proceso conocido como extrusión, resultando en granos.
4) Los granos son transformados en hilos de poliéster o productos plásticos como, por ejemplo, embalajes.
