¿Qué es la ciencia? ¿Cuál es la función del científico? Existen muchos tópicos arraigados a nivel cultural que distorsionan la realidad de la ciencia. A menudo cuando se trata de pensar en la ciencia y en sus actores nos llega a mente la imagen de un científico serio, un hombre con gafas de gran tamaño, una bata blanca y encerrado la mayor parte de su tiempo dentro de un laboratorio. Es, sin embargo, una idea incompleta.
A lo largo de la historia humana, se dieron varios significados para la palabra ciencia. Para los filósofos de la antigüedad, la ciencia pretende usar la razón y la observación para explicar la naturaleza y el hombre. Los historiadores han clasificado a esta forma de hacer ciencia como racionalismo, es decir, el conocimiento a través de la razón.
A partir del siglo XX, la ciencia se llama constructivista, dado que posee elementos racionalistas y empiristas. La ciencia, por lo tanto, se puede definir como el conjunto de conocimientos basados en la reflexión sobre la observación y la experimentación. Por consiguiente, las teorías se pueden crear, mejorar, o incluso ser abandonadas, por lo que la cantidad y calidad del conocimiento se expande.
Por lo tanto, las teorías de todas las ramas del conocimiento como Matemáticas, Biología, Lingüística, Arqueología, Física, entre otras, pueden ser cuestionadas y reformuladas. La ciencia es, entonces, el acto de pensar y de relacionarse con el mundo.
El acto de reflexionar, experimentar y organizar permite al hombre crear nuevos conocimientos. Por tanto, la ciencia desarrollada en el laboratorio es sólo una manera de hacer ciencia. Para construir el conocimiento, es necesario reflexionar, observar, experimentar y validar o refutar teorías. Con este propósito, existen diferentes tratamientos y metodologías que concurren en una serie de principios comunes.
El conocimiento científico comprende un saber más allá de la mera observación y teorización. En la ciencia, el conocimiento exige de investigación, control y análisis. Sin los mencionados elementos, la teoría no se establece más allá de la conjetura o suposición.