El polipropileno es un polímero termoplástico muy versátil, que puede encontrarse en una variedad de maneras, en forma rígida o suave, en varios colores o forma cristalina. Él presenta estabilidad al calor y a la esterilización. Pero para presentar esas propiedades ese material necesita pasar por un riguroso proceso en el momento de su fabricación, ser calentado a una temperatura de 50 a 90 °C en presencia del solvente heptano; el proceso se llama de semifluido y da lugar a polímeros.
Una de las propiedades más importantes de este compuesto es la capacidad de ampliarse, uno de los procesos para esto es forzar el polímero fundido a través de pequeños orificios de forma que se obtengan hilos elásticos. Esos hilos pueden ser usados para fabricar felpas para cobertores, cerdas para alfombras, tapizados, artículos deportivas e incluso ropa interior térmica.
La mejor noticia es que el polipropileno es totalmente reciclable. Algunas industrias automotrices ya tienen este conocimiento y están haciendo su parte en la lucha contra la contaminación: los parachoques son hechos de este material. Pero no queda ahí, ese polímero es usado para la confección de los paneles, alfombras, tapicería e incluso carcasas de batería, es decir, el polipropileno se encuentra en abundancia en los automóviles.
Otro uso del polímero es más curioso, ¿has oído hablar de césped artificial? En los campos de fútbol artificiales el polipropileno es la materia prima. Falta de lluvia o de irrigación no influyen en su estado, la belleza es garantizada y este tipo de césped es siempre verde, ofrece cierta resistencia y es más duradero que el natural.