Tal vez uno de los mayores descubrimientos en las ciencias de la Tierra fue la fragmentación de la litosfera de la Tierra en alrededor de 12 acciones, no iguales, que se movían en direcciones opuestas (divergentes) en la misma dirección (convergente) u horizontalmente (transformantes).
Este descubrimiento fue estudiado por primera vez por Alfred Wegener, quien en su libro “El Origen de los Continentes y Océanos”, demostró evidencia de las rocas con la misma composición, (formaciones geológicas) y los fósiles en diferentes continentes, principalmente en América y África. Más tarde publicó lo que él llamaba Pangea, un continente unificado. Wegener no estaba equivocado en la deriva continental, pero falló en otros aspectos como la velocidad en la que los continentes se movieron lo que hizo que su teoría fuera desacreditada por los científicos en aquel momento.
Si los continentes se movían, entonces, ¿qué fuerza tenía que pasar?. Nadie podía entender sobre la existencia de fuerzas capaces de tal movimiento, por ejemplo, Wegener creía que los continentes se movieron de acuerdo a la marea, regido por el Sol y la Luna.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el hombre empezó a profundizar en el conocimiento del océano y con ello los científicos hallaron la Dorsal Mesoatlántica. Ya en 1960 dos científicos plantearon la expansión oceánica donde había una fuerza que separaba y creaba un nuevo piso. Hasta el momento, los científicos creían que el fenómeno creaba un nuevo piso pero no pensaron lo que destruiría, pues si eso no sucediera, los continentes estarían en constante expansión y en millones de años geológicos la Tierra estaría completamente distinta a lo que la conocemos hoy.
En 1965, el geólogo J. Tuzo Wilson fue el primer en decir la palabra “placa” para describir la litosfera que forma el globo. Con el avance y los progresos tecnológicos de la nueva era, los estudios han sido más persuasivos y empíricos sobre la existencia de placas tectónicas. Eran utilizadas sondas desde submarinos, aviones y super-ordenadores de la época para hacer exploraciones y desarrollar una nueva teoría geológica. A partir de la década de los 70 esta teoría serviría para explicar diversos fenómenos terrestres.