La persecución es un conjunto de medidas represivas adoptadas por un determinado grupo sobre otro, que se distingue por ciertas características de los religiosos, culturales, políticas o étnicas. El escenario más común es la opresión de un grupo minoritario, por mayoría, ya que lo contrario es, en la mayoría de los casos, muy poco probable. Así, encontramos grupos bien organizados ideológicamente con un propósito de persecución como los skinheads.
Algunos autores consideran que el apartheid en Sudáfrica, puede ser una excepción, aunque, en sentido estricto, el término que mejor se aplica a esta realidad es la discriminación. La persecución por lo general implica la prohibición oficial de ciertas ideologías o creencias de la mayoría, para no permitir el desarrollo del grupo minoritario que pueden ser considerados peligrosos, subversivos, violentos, o capaz de obtener el poder y, por tanto, afectar y adquirir el status quo. A menudo, los elementos de la mayoría persecutora (incluso cuando no concuerden personalmente con la persecución) son objeto de represalias por parte de la minoría, lo que origina un círculo vicioso generador de violencia y sirve como justificación para los actos persecutorios de la mayoría.
