Papiloscopia es la ciencia que estudia la identificación humana a través de las papilas cutáneas (proyecciones en la piel) presentes en las plantas de los pies y palmas de las manos, más comúnmente conocido como el estudio de las huellas dactilares.
Etimológicamente, papiloscopia deriva del latín y el griego clásicos, siendo: papila: papila; skopêin: examinar; con traducción literal como ‘examen de las papilas’.
Qué es un papiloscopista
Papiloscopista es el nombre dado al profesional que trabaja las huellas dactilares.
El papiloscopista es un experto en la recolección, identificación y archivo de huellas dactilares para su estudio. Todo el proceso envuelve las etapas de planificación, coordinación, supervisión, coordinación, control y ejecución de trabajos periciales papiloscópicos inherentes al análisis, estudio, decodificación, codificación y pesquisa de todos los rastros papilares.
Funciones del papiloscopista
- Contrastar huellas de recién nacidos a fin de identificar presunto secuestro o intercambio en la sala de maternidad.
- Almacenar información en bases de datos de los institutos médicos legales y delegaciones acreditadas.
- Operar equipos electrónicos o computarizados para ayudar en el trabajo de la papiloscopia.
- Realizar la pericia de prosopografía (descripción de una persona – rejuvenecimiento – reconstrucción facial – envejecimiento).
- Elaboración de informes de huellas digitales para uso judicial.
- Exhumación de cadáveres para su identificación.
Realizar investigaciones y estudios científicos para la identificación humana.
Divisiones de la papiloscopia
Formalmente, la papiloscopia se divide en cuatro partes, siendo:
- Podoscopia – proceso que identifica por medio de impresiones plantares (soles).
- Quiroscopia – proceso que identifica por medio de impresiones palmares (palmas de las manos).
- Poroscopia – proceso que identifica por medio de poros de las papilas cutáneas.
- Datiloscopia – proceso que identifica por medio de la recolección de huellas dactilares.
Qué hace un papiloscopista policial
El papiloscopista policial trabaja con la parte responsable de identificar al autor de un delito particular. Sus atribuciones pueden ser ejercidas:
Internamente, dentro de la delegación policial o puestos de identificación.
Externamente, en el lugar donde el crimen sucede, no necesariamente un homicidio.
Perito criminal x papiloscopista
Perito criminal y papiloscopista no son el mismo profesional. La diferencia entre ellos es que el primero trabaja con todas las pruebas de un crimen y se vale de los informes de las huellas dactilares para sus investigaciones, así como otras técnicas como el ADN. Ya la papiloscopista sólo se centra en el estudio de las huellas dactilares.
Antecedentes históricos de la papiloscopia
Mucho antes de que los científicos forenses comenzasen interesarse en las impresiones para hacer la identificación humana, la sociedad de épocas pasadas ha reconocido la necesidad de estigmatizar a los delincuentes.
Antiguamente las técnicas de identificación biométrica consistían en aplicar cicatrices, tatuajes o marcas en los acusados de haber cometido a algún tipo de delito. En algunos países la mutilación fue o sigue siendo un acto extremo, pero efectivo de manera que sirve para marcar a una persona considerada ladrona.
Cuando se producían casos de reincidencia el castigo aplicado al criminal era más severo. Por eso, el delincuente buscaba como forma de esconder sus delitos asumir una identidad falsa y eso era fácilmente hecho por no existir ningún método de identificación científico en la época que pudiera ser eficaz para determinar su implicación en un histórico delictivo.
Sin embargo, con el paso del tiempo (más precisamente en el siglo XVIII) el sistema del derecho penal pasó a desarrollar una mayor importancia del individuo en la sociedad y se hizo necesaria la creación de un nuevo método de identificación para que la ley pudiese ser ejercida justamente en esos casos. De esa forma, tuvo inicio la historia de la papiloscopia.