Cuando las computadoras comenzaron a aparecer fuera de las empresas, muchos usuarios se quejaron de tener que utilizar un teclado. Por más que la semejanza con la máquina de escribir existiese –gracias al patrón QWERTY de distribución de letras y números– la cantidad de funciones desempeñadas era gigantesca.
Recordemos que en 1980 el ratón no era un equipamiento patrón en los ordenadores personales, y la interfaz gráfica que conoces hoy estaba todavía dando sus primeros pasos. El MS-DOS y otros sistemas operativos de la línea de comandos (sin un aspecto visual definible) dominaron el escenario de la informática doméstica.
Cuando, en 1989, se lanzó el GridPad, se inició la revolución que muchos consideran el nacimiento del Tablet moderno. La computación basada en lápices ópticos se mostró prometedora, cambiando el teclado por la pantalla sensible, activada por stylus y prometiendo el reconocimiento de escritura, facilitando a las personas aprender rápidamente a usar un ordenador.
Derroche y decepción
Similar a lo que vemos hoy, poco después del lanzamiento del GridPad observamos un abarrotamiento en el mercado de aparatos similares que imitaron sus funciones. Los slate computers –como eran denominados entonces– aparecieron en diversos formatos.
En 1992, Microsoft saca al mercado el Microsoft Windows para Pen Computing, que permite a los desarrolladores crear aplicaciones dedicadas a la nueva forma de interactuar con la máquina. Al año siguiente, Apple se suma a la moda con Newton, históricamente considerado uno de sus mayores fracasos comerciales.
Hasta 1995, los Pen Computers –otra asignación comercial de la época– se mantuvieron como gran esperanza, pero sin ningún éxito comercial. Motivos para ese decepcionante resultado sobraban: el sistema de reconocimiento por escritura funcionaba inadecuadamente, limitaciones en el procesamiento, memoria insuficiente y tamaños no proporcionales que convertían los dispositivos en poco más que agendas electrónicas con pantalla táctil.
En 1996, el escenario comienza a cambiar gracias a la PalmPilot. El pequeño aparato fue el primer Pen Computer en convertirse en un éxito de ventas. Las causas de su éxito se encuentran en su adecuado hardware y en el sistema Graffiti (Palm OS) de entrada de caracteres, con sus movimientos diferenciados para cada letra.
Como el mercado manda, en el rastro del PalmPilot surgen otros PDAs (Personal Digital Assistants – Asistentes personales digitales) que fueron lanzados como grandes rivales de la Palm, entre ellos el PocketPC.
Auge y caída
Los PDAs se mantuvieron como la principal forma de slate PC para el público general hasta el surgimiento y popularidad de los smartphones.
A pesar de no funcionar de la misma manera, la convergencia de la computación móvil con la telefonía celular generó la posibilidad de conexión con Internet en cualquier lugar, hecho que los PDAs no hacen, dependiendo siempre de líneas telefónicas fijas o hotspots Wi-Fi.
Las puertas se abren
Un factor importante para la permanencia de los slates PCs en el mercado fue Bill Gates, de Microsoft, que mantuvo la inversión de su empresa en el desarrollo de software destinado a los tablets. El Windows XP Tablet Edition, por ejemplo, era acompañado de una serie de especificaciones mínimas para el hardware.
Cuando un determinado equipamiento atendía a esos requisitos, recibía el certificado Windows Tablet PC, comprobando su capacidad de operar como un ordenador normal, aun sin apoyarse de un teclado.
A pesar de todas las dificultades, dos categorías de slate PC –además de los pequeños PDAs– consiguieron conquistar su espacio: los notebooks híbridos y los rugged tablets.
Oficina portátil
Los híbridos son una mezcla de tablets con notebooks corrientes. Para alterar entre un estado y otro basta girar la pantalla sensible al toque, dejando la carcasa sobre el teclado y la pantalla expuesta.
Este tipo de equipo se utiliza principalmente en el escenario corporativo, donde presentaciones rápidas y debates sobre los documentos ocurren con frecuencia gracias a la pantalla basculante en dos direcciones.
Además, no es raro que un gerente de fábrica o un ejecutivo no puedan sentarse en una mesa para comenzar a registrar datos en plantillas o en texto, tarea bastante facilitada por la tecnología digital desarrollada por Microsoft. Así, en su escritorio, el usuario puede colocar la pantalla de vuelta en una posición normal y utilizar el híbrido como cualquier otro notebook.
Héroes de la resistencia
Con un concepto completamente opuesto a los notebooks híbridos, los rugged tablets son equipos destinados a usos muy específicos. Encontrados en grandes obras de ingeniería, operaciones militares y otros escenarios críticos, esos dispositivos se aprecian tanto por su eficiencia de uso como por su resistencia a la intemperie y accidentes.
Mientras que la mayoría de las computadoras no resisten sin huella las caídas y otros eventos lógicamente igual de trágicos, los rugged tablets son certificados justamente en relación a su resistencia. Además, la protección contra los peligros ambientales (agua, polvo…) cuenta para la obtención de dicha condición.
Minitablets
Durante los últimos tiempos, los smartphones han robado escena a los PDAs llevando a un desarrollo paralelo. Aquellos equipados con pantallas de toque recibieron el nombre de Tablet. El propio iPhone, de Apple, presenta varias características que permiten clasificarlo así, y que también son encontradas en el iPad.
Más allá de los teléfonos inteligentes, una categoría especial de equipos puede ser considerada el origen de todos los dispositivos touchscreen: los MID (Mobile Internet Devices – dispositivos móviles para Internet). Entre ellos, probablemente los más conocidos pertenecen a la serie N de la compañía finlandesa Nokia.
Muy similar a los PDAs clásicos por fuera, y más poderosos que los smartphones por dentro, aparatos como el Nokia N810 llevan al usuario una experiencia de uso bastante interesante, con interfaz adaptada al toque y un teclado físico integrado para digitaciones más complejas.
La nueva generación
Desde el anuncio oficial del iPad, el mercado recibe la promesa de nuevos productos casi diariamente. De manera bastante lineal al inicio de esta historia, todos quieren entrar en el segmento que promete desbancar a netbooks y e-readers como gadgets del año.
Más poderosos, versátiles y bonitos que los slate computers de la década de 1990, los tablets de 2010 cuentan también con un gran aliado para no seguir el rumbo jurásico de sus predecesores: la tecnología móvil actual, con 30 años de ventaja en su desarrollo.
Con redes Edge, 3G y Wi-Fi disponibles en casi todos los lugares, sistemas operativos extremadamente adaptados a la realidad de los portátiles –como el iPhone OS y el Android– y hardware específico como las pantallas capacitivas y los procesadores de bajo consumo, muchas dificultades enfrentadas por los primeros slate PCs no pasan cerca de los aparatos más recientes.
No se puede adivinar lo que va a venir, pero en base a las patentes ya reveladas y anuncios de varias empresas, se puede esperar una mayor convergencia de los lectores digitales y tabletas.
Amazon.com ha lanzado la plataforma de desarrollo Kindle, Microsoft anunció el Courier en 2009 y varias empresas trabajan con tecnologías que pueden ser utilizadas en ese tipo de equipo: pantallas flexibles, e-ink colorido y con frecuencia suficiente para video, entre otros.