Tan popular como el propio cine, las palomitas de maíz son un alimento disfrutado por muchas personas en todo el mundo. Su preparación sencilla y su sabor de maíz aseguran la ingestión de una fuente de energía e hidratos de carbono. En general, vemos que las palomitas de maíz que se ofrecen en los parques de diversiones, fiestas infantiles, eventos y cine. En cierto modo, el consumo del manjar es a menudo relacionado con situaciones de fiesta y ocio.
Observando la sencillez de su obtención, muchas personas se han preguntado sobre quien tuvo la idea de calentar los granos de maíz caliente y seco y, así, descubrir el alimento en cuestión. De hecho, no existe un registro preciso que señale la autoría del responsable de la invención de las palomitas. Sin embargo, la evidencia más cercana al origen del alimento indica que el pueblo estadounidense hubiera sido el primero en popularizar el alimento, dado que el maíz era parte de su dieta habitual.
Algunas investigaciones indican que las primeras palomitas aparecieron al cocinar el maíz entero, dejado cerca del calor de las hogueras. Solamente después, los granos comenzarían a separarse para la fabricación exclusiva de palomitas de maíz. En esta situación, todavía no podemos imaginar el producto de palomitas tradicional, temperado con sal y manteca que figura en el actual modo de preparación.
Según las antiguas tradiciones, el grano de maíz almacenaba un espíritu dentro de sí. Con ello, el grano era calentado hasta que el espíritu se irritaba y salía al exterior. Esa costumbre sería la explicación mítica de la transformación del maíz en palomitas de maíz.
En realidad, el maíz de grano entero almacena en su interior una pequeña cantidad de agua. Por lo tanto, cuando se calienta, el agua se convierte en vapor y ejerce una presión que provoca el desbordamiento de maíz. Desde un punto de vista nutritivo, las palomitas de maíz, cuando se toman sin demasiada sal la mantequilla, pueden ser una fuente de alimentos con bajas calorías y alto en proteínas, hierro y fibra.