La Orden de los Caballeros de San Juan de Jerusalén es orden militar cuyo nombre completo es Soberana Orden Militar del Hospital de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta. Su cometido inicial fue defender un hospital construido en Jerusalén antes de las Cruzadas; durante un corto periodo, sus miembros fueron llamados Hospitalarios o Caballeros Hospitalarios. La Orden fue fundada después de la formación del reino latino de Jerusalén, aprobada por el papa Pascual II en 1113 y confirmada por el papa Eugenio III en 1153. Los hermanos realizaban juramento de pobreza, obediencia y castidad, y se responsabilizaban de ayudar en la defensa de Jerusalén. Su primer jefe, Gerard, era llamado rector; los siguientes, recibieron el nombre de grandes maestres. Por motivos de necesidad, en la Orden primó la actividad militar, en la que todos los caballeros armados eran de origen noble. Formaron una comunidad que se guiaba por la Regla de san Agustín. En un principio se dedicaron al cuidado de los peregrinos y de los cruzados, hasta que, debido al fracaso del reino latino, tuvieron que marcharse de Tierra Santa.
Los Caballeros de Rodas
Desde 1309, la Orden tuvo su sede central en la isla de Rodas, donde formaba un auténtico Estado territorial; su marina se encargaba de mantener libre de musulmanes el este del mar Mediterráneo. La Orden recibió las propiedades de los Caballeros Templarios en el 1312. Los Caballeros de Rodas crearon agrupaciones nacionales de la Orden en distintos lugares, en cada uno de los cuales eran desginados lenguas (del francés langues). Tras ser expulsados de la isla de Rodas en 1522 por el sultán otomano Solimán I el Magnífico, los Caballeros no encontraron un lugar donde instalarse hasta 1530, año en que les fue cedida la isla de Malta.
Los Caballeros de Malta
Fundada con el nombre de Orden de los Caballeros de San Juan de Jerusalén durante las Cruzadas, esta organización radicó más tarde en Rodas (1309) y Malta (1530), pasando a ser conocida por el nombre de sus nuevas sedes.
Una vez transformados en mandatarios de esa isla, los Caballeros de Malta, como empezaron a ser llamados, dirigieron la defensa de la isla ante la invasión otomana en 1565. La Orden figuró en la historia europea hasta el siglo XIX. A lo largo de la Reforma, los Caballeros de Malta perdieron sus propiedades en Inglaterra y en Alemania, y durante la Revolución Francesa, igualmente sus bienes en Francia. A pesar de que Rusia les había garantizado protección, los franceses, bajo el gobierno de Napoleón, se apoderaron de Malta. La Orden modificó su sede a Trieste en 1798 y a Roma en 1834. En aquel momento, los rusos ya habían decomisado todas las propiedades que la Orden tenía en sus territorios.
Según el decreto de aprobación del papa Juan XXIII en 1961, los Caballeros de Malta forman una comunidad religiosa y una orden de caballería. Están organizados en cinco grandes organizaciones de priores que, a su vez, se subdividen en un gran número de asociaciones nacionales. Mantienen relaciones diplomáticas con el Vaticano y con algunos otros estados. Mantienen hospitales, centros de primeros auxilios y otros donde atienden a las víctimas y refugiados de las guerras. Su vestimenta está formada por una capa negra en la que llevan bordada una cruz de Malta de ocho puntas. El gran maestre tiene título de príncipe, y su rango eclesiástico es semejante al de los cardenales.