Hubo diferentes modelos de producción industrial a lo largo de los tiempos, demarcando las diferentes estrategias en las líneas fabriles. Los modelos de producción industrial son técnicas utilizadas en el sistema fabril para conducir mejor las operaciones realizadas en sus líneas de montaje. Se trata de una estrategia realizada por aquellos que detentan la posesión sobre los medios de producción (burguesía) para asegurar mejorar una perfecta sintonía entre los índices de productividad y lucro en el sector secundario de la economía.
La primera forma desarrollada para administrar mejor los sistemas fabriles de producción fue elaborada por Frederick Winslow Taylor (1856-1915), siendo entonces llamada de Taylorismo y también conocida como Administración Científica. Ese modelo de producción consistía, básicamente, en organizar, por medio de normas rígidas de control, las tareas de los trabajadores, que deberían limitarse a realizar una única función a lo largo del proceso productivo. Taylor tenía una complicada relación con los movimientos sindicales, que lo acusaban de ser responsable por la deshumanización de las relaciones de trabajo a través de la alienación y sobreexplotación de la clase trabajadora.
A comienzos del siglo XX se popularizó la aplicación del Fordismo en la cadena de producción industrial, proceso elaborado por Henry Ford (1863-1947). En ese sistema de producción, se mantuvo la perspectiva taylorista de división del trabajo, que era realizada de forma repetitiva por los trabajadores. Además, Henry Ford introdujo equipos a fin de intensificar esa forma de producirse. El objetivo principal del fordismo era garantizar la máxima productividad, una vez que la preocupación era la de garantizar un stock de mercancías suficiente para ser consumido por el máximo de personas posibles.
En la década de 1970, con los avances tecnológicos producidos por la Tercera Revolución Industrial, el fordismo pasó a ser considerado obsoleto, siendo sustituido por el Toyotismo, un modelo de producción aplicado inicialmente en las industrias automovilísticas japonesas y creado por Eiji Toyoda (1913-2013). En ese sistema, también llamado de Acumulación Flexible, el trabajador no ejecuta más trabajos repetitivos, siendo responsable por la realización, de numerosas tareas a lo largo del proceso de producción. El objetivo principal, ahora, no es producir en masa, sino adecuar la producción conforme a la demanda. Otra característica de ese sistema es la elevada exigencia sobre el nivel de cualificación del trabajador, que dewbe ser capaz de operar maquinaria con tecnologías y sistemas operativos cada vez más complejos. Con eso, se observa una nítida disminución del número de trabajadores a lo largo de la cadena productiva.
Finalmente, tenemos un sistema de producción desarrollado en la década de 1960 en Suecia, por Emti Chavanmco, aunque no muy aplicado en las industrias actuales, el Volvismo. Ese modelo, también conocido como modelo sueco, fue creado para garantizar el máximo desarrollo del trabajador, a través de la elevada capacitación y satisfacción del mismo. El volvismo busca la máxima cualidad de los productos, sin priorizar tanto la cantidad y la velocidad de la producción.