La membrana plasmática (o celular) incluye la célula, la definición de sus límites, que separa el medio extracelular y el intracelular. La membrana celular es el principal responsable para el control de entrada y salida de sustancias de la célula. Se compone de dos capas de lípidos y fluidos continuo en el que se insertan moléculas de proteínas, receptores específicos, lo que da el modelo de mosaico fluido.
La célula eucariota constituye un espacio muy fuertemente compartimentado. De esta división sucede implícitamente la especialización de ciertas regiones o estructuras para el desempeño de funciones determinadas.
Con efecto, las numerosas reacciones bioquímicas que ocurren simultáneamente en el espacio celular se encuentran físicamente confinadas en compartimentos definidos por estructuras membranales. Es de este modo, por un lado, la forma en que se evitan interferencias espontáneas entre reacciones antagónicas, las cuales serían inductoras del desorden. Por otro lado, la existencia de proteínas, con funciones enzimáticas, insertadas en la membrana , permite que ciertas reacciones puedan suceder junto a la superficie de estas, de forma ordenada y secuencial.
En el esquema de la imagen se pueden distinguir los siguientes elementos: 1. Capa doble de fosfolípidos; 2. Zona exterior de la membrana; 3. Zona interna de la membrana; 4. Proteína intrínseca de la membrana; 5. Proteína canal iónico de la membrana; 6. Glicoproteína; 7. Moléculas de fosfolípidos; 8. Colesterol; 9. Carbohidratos; 10. Glipolípidos; 11. Región polar de la molécula de fosfolípido; 12. Región hidrofóbica de la molécula de fosfolípido.
