En medio de la atmósfera Guerra Fría y recién salidos de la crisis del petróleo, los países europeos estaban buscando alternativas para reorganizar su estructura. Gran Bretaña se vio devastada, las tasas de inflación y el desempleo fueron más altas de Europa, además, hubo huelgas en los servicios públicos que afectaron al día a día de la sociedad británica. En medio del desorden que vivía la poderosa isla, la solución era traer a Margaret Thatcher al poder.
Líder del Partido Conservador, Margaret Thatcher apareció en la confusión de poner orden en el caos, y anunció en su plan de gobierno para reducir los impuestos, el control y la reforma de los sindicatos, el apoyo a la iniciativa privada, rompiendo con el estado de bienestar social y la lucha contra el comunismo. Ella estuvo casada por más de 30 años con el empresario Denis Thatcher, una unión que dio lugar a dos hijos Carol y Mark.
Thatcher fue la primera mujer en ocupar el cargo de primer ministro de Gran Bretaña. Tras llegar al poder, decidió hacer una política de convicción y no de consenso. Su opinión era la única que importaba, no importaba la opinión de su partido. El paquete de medidas adoptadas por Thatcher sería el precursor de lo que en la década de los 90 sería denominado como neoliberalismo.
Días después de tomar el poder, y sólo después de dar importancia a sus opiniones, según Alves Evaldo (profesor de Economía en la Fundación Getulio Vargas) ella fue acusada por el pueblo de no dar importancia al sufrimiento de los desempleados. En el comienzo nada de lo que fue puesto en práctica por Margaret Thatcher funcionó y el país sufrió una de las peores crisis desde la recesión de los años 30. La crisis que enfrentaba el país era tan difícil que, en febrero de 1981, muchos británicos no querían conceder a la primera ministra ni siquiera los primeros cinco años de mandato. Después de intervenir en el conflicto de las Malvinas (1982), fue reelegida en 1984. Se mantuvo en el poder desde 1979 a 1990, un total de 11 años.
Los mandatos de Thatcher fueron problemáticos y dominados por una serie de manifestaciones por su forma de gobernar. Después de negarse a re-negociar los derechos de los presos políticos de las huelgas de 1980 y 1981, en 1984, el IRA (Ejército Republicano Irlandés) trató de matarla. Con su reelección en 1989, el gobierno ya estaba en decadencia y todas las políticas que defendió se fueron derrumbando. El final de la carrera política de la Dama de Hierro llegó con la victoria de George Bush para la presidencia en el estado norteamericano. Sin el apoyo del partido y de la imagen empañada por 11 años en el cargo, Margaret Thatcher renunció el 28 de noviembre de 1990.