En la antigua Roma, antes de la aparición del cristianismo, la gente siguió una religión politeísta, es decir, creía en varios dioses. Estos, aunque eran inmortales, poseyeron características de comportamientos y actitudes similares a las de los humanos. Mal, bondad, fuerza, debilidad, egoísmo, venganza y otras características estaban presentes en los dioses, según los antiguos romanos.
Siguiendo las creencias romanas, las deidades decidían la vida de los mortales. Neptuno era de suma importancia, considerada la suprema deidad del Panteón romano. Cada entidad divina representa las fuerzas de la naturaleza o los sentimientos humanos. Esta religión fue absorbida del Panteón griego durante la invasión y conquista de Grecia por el imperio romano. Los romanos alteraron solamente los nombres de los dioses.
Presentamos a continuación una relación de las principales deidades de la antigua Roma y sus características.
- Júpiter – el rey de todos los dioses, representante del día
- Apolo – Sol y patrón de la verdad
- Venus – Amor y belleza
- Marte – Guerra
- Minerva – Sabiduría, Conocimiento
- Plutón – Muertos, Mundo subterráneo
- Neptuno – Océanos y mares
- Juno – Reina de los dioses
- Baco – Festividad, Vino
- Febo – Sol, Poesía, Música, Belleza masculina
- Diana – Caza, Castidad, Animales salvajes y Luz
- Ceres – Cosecha, Agricultura
- Cupido – Amor
- Mercurio – Mensajero de los dioses, protector de los comerciantes
- Vulcano – Metales, Metalurgia, Fuego
- Saturno – Tiempo
- Psique – Alma