Cilios y flagelos son estructuras citoplasmáticas unidas a la membrana plasmática de las células, teniendo origen a partir del prolongamiento de los centriolos, constituidos de proteínas motoras (dineínas) formando un conjunto de microtúbulos.
La longitud es variada, siendo los cilios más cortos y en mayor cantidad en la superficie de la célula, mientras que los flagelos son más largos y, en general, poco numerosos.
El papel desempeñado por los cilios y flagelos es básicamente locomotor, siguiendo el ejemplo de los organismos unicelulares protistas y espermatozoides. Sin embargo, los cilios están también presentes en los tejidos de las vías respiratorias (tráquea), donde realizan función de la defensa (retención y eliminación de partículas y microorganismos).
La composición de ambos es similar, partiendo de la extremidad basal (cinetosoma o corpúsculo basal) tres grupos de filamentos proteicos, los microtúbulos. Desde el medio hacia adelante, sólo dos de estos filamentos se extienden, permitiendo una mayor flexibilidad de movimiento.
En su interior, dos haces de microtúbulos dan sostenibilidad central y resistencia al trabajo dependido por el metabolismo.