Las plaquetas sanguíneas son fragmentos celulares anucleares citoplasmáticos presentes en la sangre, originados en la médula ósea. Su principal función se encuentra asociada al proceso de coagulación de la sangre una vez que liberan la enzima quinasa de tromboplastina, que a su vez convierte la protrombina en trombina y, por último, ocurre la transformación del fibrinógeno en fibrina que origina el coágulo, evitando, de esa manera, la pérdida excesiva de sangre (hemorragia).
Como ejemplo, podemos pensar en una herida que poco a poco va dejando de liberar sangre formando una placa o red que favorece el cierre del lugar al retener los eritrocitos (glóbulos rojos). Este proceso de regeneración de los tejidos dañados, se logra a través del trabajo de las plaquetas que liberan la hormona de la serotonina inhibiendo, de esa manera, la salida de sangre en un proceso conocido como vasoconstricción (cierre del vaso sanguíneo).
También llamados trombocitos, las plaquetas están presentes en cada gota de sangre y su número es de aproximadamente 150.000 y 400.000 plaquetas por milímetro cúbico en condiciones normales de salud. Además, las plaquetas están presentes en la sangre aproximadamente 10 días y terminan en el bazo, órgano linfático, responsable por su destrucción.
Enfermedades asociadas a las plaquetas
Muchos trastornos están relacionados con la disminución y el aumento en el número de plaquetas de la sangre. Así, cuando hay un aumento de las plaquetas, ocurre la llamada plaquetosis (trombocitosis) y pueden indicar la presencia de algunas enfermedades como: anemia por deficiencia de hierro, artritis reumatoide, leucemia, linfoma, tumor sólido, policitemia vera y post-esplenectomía (extirpación de bazo).
Por otra parte, cuando se da la disminución de plaquetas en el flujo sanguíneo, se producirá la plaquetopenia (trombocitopenia) y puede indicar la presencia de algunas enfermedades tales como: anemia perniciosa, hemorragia, lupus, leucemia, infección activa, entre otras.
La disfuncionalidad (aumento o disminución) de plaquetas de la sangre puede causar algunas enfermedades tales como:
Enfermedad de Von Willebrand: disfunción de la proteína denominada factor de von Willebrand (FvW), esa enfermedad se caracteriza por una deficiencia hereditaria que dificulta el estancamiento de la sangre. Por eso, los pacientes que poseen ese tipo de disfunción sangran demasiado cuando presentan alguna herida. La enfermedad de Von Willebrand no tiene cura, sin embargo, el problema puede ser atenuado con el uso de medicamentos.
Síndrome de Bernard-Soulier: enfermedad rara, hereditaria causada por la presencia de plaquetas gigantes en la sangre. Por lo tanto, las personas que tienen este síndrome tienen problemas como sangrado excesivo (en las membranas mucosas, encías, nariz), facilidad de tener moretones, menorragia y sangrado prolongado.
Síndrome de Aarskog: También conocido por los nombres de Síndrome Faciodigitogenital, Síndrome de Aarskog-Scott o displasia faciogenital, esta rara enfermedad se caracteriza por un síndrome genético recesivo ligado al cromosoma X, y sus portadores, en su mayoría hombres, pueden presentar problemas tales como anomalías (faciales, esqueléticas, genitales), baja estatura, déficit de atención, hiperactividad, lento crecimiento, retraso mental, entre otros.
Trombastenia de Glanzmann: enfermedad genética hemorrágica caracterizada por un trastorno de sangrado crónico causado por una deficiencia de la proteína fibrinógeno responsable de la formación de coagulación de la sangre. El tratamiento se basa en fármacos y transfusión de plaquetas.