La montaña rusa nos hace experimentar variaciones en nuestra sensación de peso. © Austin Kirk
No somos capaces de sentir nuestro propio peso. En realidad, lo que sentimos es la fuerza normal que actúa sobre nuestro cuerpo. En otras palabras, lo que da la sensación de peso no es el peso propiamente dicho, sino más bien nuestra fuerza normal.
Tenemos la oportunidad de experimentar este sentimiento cuando experimentamos la atracción de una montaña rusa. Cuando el carro ocupado pasa por el punto más bajo de la montaña rusa, con velocidad bien alta, tenemos la impresión de sentirnos apretados en el banco, de esa forma, nuestro cuerpo nos parece más pesado de lo normal. Pues bien, ¿será que nuestro peso aumentó? No, el peso no incrementa, pues el peso no es más que el producto de la masa por la aceleración de la gravedad, por tanto sabemos que en esa atracción ni nuestra masa ni la aceleración de la gravedad se alteran.
¿Por qué entonces se da la sensación de ser más pesados? Esto es porque, cuando el carro se reduce y hace una curva para llegar a la parte inferior de la pista, debido a la inercia, tenemos una tendencia natural de escapar por la tangente. Así, comprimimos el banco en el que estamos sentados con mayor intensidad y acabamos sufriendo una reacción más intensa del apoyo. En términos propios del lenguaje de la física, la fuerza normal aumenta de valor. Comprobando lo que fue dicho, parecemos estar más pesados no porque nuestra masa o peso variasen, sino porque la normal fuerza responsable por la sensación de peso aumentó de intensidad.
Otro ejemplo interesante de la actuación de la fuerza normal es cuando alguien se cae desde una gran altura. Durante la caída, se tiene una sensación de ligereza extrema. ¿Serías capaz de dar una razón para esa sensación? Al caer de una gran altura, una persona permanece un tiempo considerable sin comprimir superficie alguna. De ese modo, durante ese intervalo de tiempo, la persona deja de tener la fuerza normal actuando sobre su cuerpo. Como la fuerza normal es la responsable por la sensación de peso, al ‘perderla’ pensamos también haber perdido nuestro peso.
