La respiración celular es un fenómeno que consiste básicamente en el proceso de extracción de energía química almacenada en moléculas de diferentes sustancias orgánicas como carbohidratos y lípidos.
En este proceso, se comprueba la oxidación de compuestos orgánicos de alto contenido energético, produciendo dióxido de carbono y agua, además de la liberación de energía, que se utiliza para presentar las diferentes formas de trabajo celular.
El orgánulo citoplasmático responsable de este mecanismo de la respiración es la mitocondria, actuando como una ‘central energética’.
Ecuación general de la respiración celular: C6H12O6 + O2 → 6 CO2 + 6 H2O + energía
Para esta ecuación es posible verificar que la molécula de glucosa (C6H12O6) se degrada de tal manera que origina sustancias relativamente más simples, dióxido de carbono y agua (CO2 y H2O).
Esta rotura de molécula de glucosa, sin embargo, se produce poco a poco, sin comprometer la vitalidad de la célula.
A través del proceso aerobio, la respiración ocurre en tres fases: glicolisis (en el hialoplasma), ciclo de Krebs (matriz mitocondrial) y cadena respiratoria (en el área mitocondrial).
En la respiración, una gran parte de la energía química liberada durante la oxidación de materia orgánica se transforma en calor.
Esta producción de calor contribuye al mantenimiento de la temperatura corporal a niveles compatibles con la vida, contrarrestando el calor que normalmente da un organismo al medio ambiente, especialmente en días de temperaturas bajas.