A principios del siglo XXI, Colombia atravesó su peor crisis institucional. Desde mediados del decenio de 1970, la pequeña producción rural se desintegró, sin condiciones de competir con las grandes granjas comerciales, lo que condujo a un estímulo de la plantación de coca. La remuneración ofrecida por los narcotraficantes era infinitamente superior a las ganancias obtenidas con las plantaciones de géneros alimenticios y las materias primas colaborando para la violencia en Colombia.
El poder de los cárteles de la droga creció en vertiginosa escala, involucrando a gran parte de la sociedad colombiana. En ese mismo ritmo, miles de colombianos fueron siendo marginalizados por el agravamiento de situación económica. Se armaron en el país algunos grupos revolucionarios de cuño socialista que aglutinaban a jóvenes excluidos y pregonaban la lucha armada como forma de alteración profunda de la sociedad. Originalmente, ellos se inspiraron en la victoriosa guerrilla cubana comandada por Fidel Castor y Che Guevara.
Después de décadas de lucha, muchos grupos han perdido sus propósitos iniciales. Entre los grupos más conocidos se encuentran las fuerzas armadas revolucionarias de Colombia (Farc), donde la guerrilla controla una porción de este territorio y que han sido acusados por las autoridades colombianas de tener fuertes vínculos con el narcotráfico.
La violencia en Colombia actualmente
Preocupa la violencia actual en Colombia, incluyendo a gobiernos de países fronterizos, dado que el área de actuación de la guerra y de los combates queda fronteriza en la región Amazónica. En ese sentido, el gobierno brasileño viene estructurando proyectos que pretendan también contener esos riesgos al territorio nacional.
El proyecto SIVAM (Sistema de Vigilancia del Amazonas) tiene capacidad para controlar esa región, observar e intentar prevenir el paso de aviones de narcotráfico o detectar la deforestación hechos por guerrilleros. Recientemente, por iniciativa de los Estados Unidos, fue implantado el Plan Colombia, previniendo que los norteamericanos entrenen al ejército colombiano en la lucha contra el narcotráfico y las guerrillas de izquierda. Además, los EEUU van a prestar cerca de 1,5 mil millones para reactivar la economía de las áreas alcanzadas por conflictos de violencia en Colombia.