El balón de fútbol, cuando se hace bien, permite a los jugadores patearse innumerables veces y permanece intacto hasta el final del partido. ¿Siempre fue así? Después de todo, ¿cuál es la composición de los balones de fútbol? Ahora sabremos acerca de la evolución del objeto fundamental para el deporte favorito de millones de europeos y latinos.
La pelota de cuero existía desde el siglo IV a.C. y era originaria de la China. Tales pelotas fueron llenadas con cuerdas. Otras civilizaciones como la Antigua Grecia, el Antiguo Egipto o Mesoamérica practicaron juegos de pelota aunque con diferente dinámica. Las primeras reglas del fútbol surgirían en 1863 a través de la Asociación Inglesa de Fútbol.
Finales del siglo XX – La pelota llegó a Brasil en 1894, traída por el inglés y padre del fútbol brasileño Charles Miller y era algo anticuada: hecha de piel curtida con una costura modesta en el centro. En el momento de cabecear la pelota se daba el mayor problema, su material provocaba daños en la cabeza de los jugadores.
Copa del Mundo de 1958 – El balón usado en la primera Copa del Mundo ya no tenía los cordones, pero continuaba siendo hecha de cuero. En los días lluviosos, el cuero se encharcaba y la pelota quedaba muy pesada, lo que dificultaba la precisión de los chutes.
Décadas 1960 a 1970 – Las pelotas eran hechas de cuero, pero con un diferencial, eran impermeabilizadas, es decir, no quedaban encharcadas en campos mojados.
Década 1980 – Los materiales sintéticos comenzaron a ser usados en la fabricación de pelotas. El aspecto visual y la durabilidad del material llegaron a despertar la atención de los jugadores.
Década 1990 – Llegó el momento de los polímeros. Las pelotas fabricadas a partir de este momento quedaron más ligeras gracias a la presencia de polímeros. El poliuretano (altamente durable y ligero) es usado como revestimiento y en las capas internas se utiliza el poliestireno. Las cámaras de aire (presentes en el interior de la pelota) son de látex.
Inicios del siglo XXI – Los polímeros llegaron para quedarse, la prueba de ello es la composición de las pelotas más modernas: bajo el revestimiento de poliuretano se emplean diez capas de poliestireno y en la cámara es usado una goma butílica. La tecnología de este siglo permite que las gomas de la pelota sean unidas por enlace térmico en vez de costuras.
