Hace alrededor de 40.000 años el continente de América fue poblado por hombres de diversos orígenes. En aquella época, los pueblos que comenzaban a ocupar América vivían en la Edad de Piedra. Comenzaron a crear su propia tecnología.
La palabra ‘indio’ fue dada posteriormente a los habitantes de América por el desconocimiento de Cristóbal Colón tras su descubrimiento en 1492. Una manera clave de entender las diferencias socioculturales entre las sociedades indígenas es explorar el tipo de desarrollo económico y técnico que prevalecía con anterioridad al dominio e influencia del exterior.
Las famosas civilizaciones Inca, Maya y Azteca poseían una agricultura sofisticada y conocimientos matemáticos muy profundos. Esas civilizaciones erigieron ciudades espectaculares, grandes edificios de piedra, calzadas e, incluso, pirámides. La astronomía y las matemáticas eran bien conocidos por estos pueblos avanzados de América.
Los Incas vivían principalmente en la actual Perú formando un imperio de ocho millones de personas. El Estado incaico tenía control absoluto. Los mayas, por su cuenta, vivían al sur de México y América Central. La civilización maya es responsable de un enorme legado cultural perdido en el tiempo: ciudades extraordinarias, libros teóricos sobre sus doctrinas y otros documentos que más tarde serían destruidos por los españoles. Finalmente, los aztecas ocupaban la misma región de México y también se establecieron después de dominar a otros pueblos.
Con la llegada de los europeos a América, decenas de ‘índios’ vivían allí. En su codicia por la nueva tierra y las riquezas materiales, los colonos no dudaron en forzar a los habitantes de América a trabajar como esclavos, al mismo tiempo que robaron sus tierras, asesinaron a los rebeldes y tomaron a sus mujeres. La colonización representaba entonces una forma de hegemonía de Europa sobre el mundo.
Los españoles que llegaron a América se vieron favorecidos inicialmente por otros pueblos indígenas subyugados por el férreo control de incas y aztecas. Esos pueblos formaron alianzas con los hombres blancos para establecer el control y dominio en manos de los colonos.
La abrupta llegada de los colonizadores provocaría consecuencias terribles en la población. La presencia de los europeos trajo consigo enfermedades hasta entonces inexistentes en América. El resultado de la excesiva violencia acabó con la masacre de millones de indos. Muchos de ellos murieron de sarampión y viruela y otros fueron masacrados por rebelión. Hubo numerosas bajas en ambos lados de la lucha.
También cabe mencionar una catástrofe cultural: con la llegada de los conquistadores, América enterró una rica fuente de información cultural. Todo fue destruido y parte de su legado se perdió para siempre. El dominador no solo ejerció fuerza y miedo para controlar a los pueblos de América, también extendió sus costumbres, su lengua y, sobre todo, su religión, desterrando su ideología, cultura y saber. Todo ello contribuyó para que, siglos más tarde, el capitalismo europeo tuviera fuerza e influencia en cada uno de los continentes afectados por las conquistas y colonizaciones del pasado.
