La acerola (Malpighia emarginata), también conocida como la cereza de las Antillas, Cereza de las Indias Occidentales, cereza de Barbados o cereza de Jamaica, es una fruta originaria de América Central y del norte de América del Sur; se cultiva comercialmente en Puerto Rico, Hawái, Jamaica y en algunas partes de Brasil. Los árboles de la acerola miden hasta 3 metros de altura, con un dosel denso y hojas de color verde oscuro y brillante.
Estos árboles crecen en climas tropicales y subtropicales. Por ser plantas muy duras, se han extendido incluso en regiones semiáridas. La proliferación de la acerola se da a través del cultivo de la semilla, por técnicas de injerto y por esquejes del tallo. La siembra de la acerola ocurre durante todo el año pero especialmente en las estaciones de primavera y verano.
La acerola es conocida por su sabor medio ácido, sin embargo, esto puede variar dependiendo de las especies de la fruta y su punto de maduración. Cuando están maduros, estas frutas se convierten en frágiles, permaneciendo apenas sólo dos días después de su maduración.
El mayor beneficio de la acerola para la salud es su gran cantidad de ácido ascórbico, es decir, vitamina C. Para tener una idea, con la ingestión de apenas dos acerolas, una persona tiene todas sus necesidades diarias de vitamina C suplidas. Además, la fruta también es una buena fuente de vitamina A, hierro, calcio y vitaminas del complejo B (tiamina, riboflavina y niacina).
La acerola puede ser consumida in natura o usada en la fabricación de zumos, helados, jaleas, jarabes, licores, dulces…En las regiones tropicales representa una importante economía dada su alta demanda.
