La sustitución de las herramientas por las máquinas, la energía humana por la fuerza motriz y la forma de la producción artesanal por el sistema de producción en serie ocuparon los hechos relevantes de la Revolución Industrial.
La Revolución Industrial creó una nueva realidad social: el proletariado. Los trabajadores sufrieron mucho durante este período, con la explotación de la mano de obra de hombres, mujeres y niños, la compensación con bajos salarios y con precarias condiciones de trabajo, vivienda y alimentación.
Las tecnologías se desarrollaron, y ello favorecía a la burguesía industrial, detentora del capital. Sin embargo, la población trabajadora sufría de la contaminación por el humo de las máquinas, la descarga de desechos tóxicos en aguas residuales y el riesgo constante de accidentes con la maquinaria en el trabajo. Durante este período, el capitalismo industrial se impuso como la economía fija.
La Revolución Industrial trajo muchas innovaciones y descubrimientos a la sociedad, pero para hacerlo, dañó a la clase obrera, que sufrió los efectos negativos de esta revolución socioeconómica. Si ventajas y desventajas fuesen colocadas en una balanza, los beneficios apenas beneficiarían a la burguesía y los males perjudicaron completamente a la vida de los trabajadores, haciendo su existencia más difícil. Es posible notar aquí que la ciencia no era neutral en la medida en que el crecimiento positivo de unos provocaba la decadencia de otros.
Inventos de la Revolución Industrial
Las innovaciones tecnológicas que marcaron el florecimiento industrial e influyeron en la vida de la sociedad se resumen en la invención de la pila de Volta, la locomotora de vapor, la prensa mecánica, el electromagnetismo, el motor eléctrico y el telégrafo, en orden cronológico.
En 1800, la primera batería fue inventada por el físico italiano Alessandro Volta (1745-1827) quien da nombre a la pila de Volta. Esta batería estaba constituida por una serie alternada de discos de zinc y plata apilados y separados por pedazos de fieltro en ácido sulfúrico diluido o en una solución salina, lo que permitía el movimiento de electrones a través de un conductor. La pila permitió el uso de energía eléctrica en el campo de la portabilidad.
La máquina de vapor consiste en un motor de combustión externa que funciona convirtiendo la energía térmica en energía mecánica mediante la expansión del vapor. Fue creada por Richard Trevithick en 1804 y supuso un paso importante al permitir transportar personas y mercancías. Esta invención marcó la Primera Revolución Industrial promoviendo el rápido crecimiento económico de los principales países de Europa Occidental y de los Estados Unidos.
En cuanto a la mecanización de la prensa, desarrollada por el alemán Friedrich Koenig en 1811, permitió un gran alcance y difusión de los medios de comunicación. 360 años después del descubrimiento de la prensa por Gutenberg, el alemán Koenig revolucionó el medio de papel introduciendo la fuerza del vapor a la maquinaria. Era el nacimiento del periodismo moderno. Con este invento, los medios de comunicación encontraron una forma de comunicar, y, a medida que esta máquina fue perfeccionada, el número de impresiones realizadas por la misma aumentó significativamente.
Las investigaciones sobre el electromagnetismo fueron desarrolladas por el físico danés Hans Christian Oersted, que, al experimentar con las corrientes eléctricas, verificó, en 1820, que la aguja magnética de una brújula era desviada de su posición norte-sur cuando ésta pasaba cerca de un conductor en el cual circulaba corriente eléctrica. El zapatero inglés William Sturgeon –que, paralelamente a su profesión estudiaba electricidad –basándose en el descubrimiento de Oersted, inventó, en 1825, el electroimán, una pieza fundamental para la construcción de grandes máquinas eléctricas.
El motor eléctrico fue desarrollado por el ingeniero y profesor de física Moritz Hermann von Jacobi que, en 1839, lo empleó en un barco de 8 m. El barco, propulsado con un motor eléctrico alimentado por baterías, transportó a 14 pasajeros por el río Neva a contracorriente. Su invención consistía en una máquina destinada a transformar energía eléctrica en energía mecánica. El motor eléctrico es el más utilizado de todos los tipos de motores, pues combina las ventajas de la utilización de la energía eléctrica.
Por último, una importante herramienta que revolucionaría el campo de la telecomunicación fue el telégrafo. Creado de forma rudimentaria por diversos inventores, pero perfeccionado significativamente en manos de Samuel Morse, el equipo permitió, en un periodo todavía aislado de cualquier tecnología de comunicación, el envío de información a distancia. La eficiencia del sistema en la época fue tanta que, después de ser perfeccionado por Wheatstone y Cooke y adoptado por el gobierno británico, en 1852, 64.000 kilómetros de líneas telegráficas fueron instaladas en el mundo. Poco después, tal invento sería empleado para fines bélicos con mensajes encriptados utilizando el método de transmisión conocido como código Morse.