Hablar de la entrada temprana en la escuela implica casi siempre hablar de los indicadores de desarrollo. Son los indicadores que permiten predecir un desarrollo cognitivo más avanzado. Nos ayudan a decidir si el niño realmente tendrá ventaja en entrar más temprano a la escuela. Los indicadores pueden distribuirse por cuatro dominios: rendimiento cognitivo, motivacional, social y desempeño en áreas específicas.
La capacidad de atención es un buen indicador de precocidad. Tiempos de atención más largos, el interés en nuevos objetos y largos periodos dedicados a la observación, así como el estado de alerta ante los cambios repentinos son aspectos importantes a considerar en la entrada temprana.
La memoria en el corto y mediano plazo es otro indicador importante. Los niños con gran capacidad de almacenamiento de información y recuperación de información fáctica fácil y rápidamente son niños que probablemente tengan un alto desarrollo excepcional, puesto que la eficacia en este campo es un indicador de alta velocidad de procesamiento, mayor atención, una organización superior de una mayor motivación y conocimientos básicos de la información.
Otro indicador que se toma en cuenta cuando se coloca la posibilidad de la entrada temprana son las estrategias utilizadas por el niño para la adquisición de conocimientos. Los niños que hacen una evaluación previa de la tarea, piden ayuda cuando se enfrentan con cierta dificultad, aprenden rápidamente y con sus propios errores y atribuyen sus éxitos o fracasos a factores internos predominante tendrán mayor probabilidad de tener éxito escolar.
Otro buen indicador de éxito escolar es la motivación, que puede traducirse en una curiosidad insaciable, interés, persistencia y participación entusiasta en la realización de tareas. Estas características parecen manifestarse muy temprano a través de la conducta exploratoria presentada por los bebés.
Con respecto a la conducta social, los niños con un alto desarrollo tienen generalmente mayor madurez social y preferencia por los compañeros más mayores. Según algunos autores son niños más competitivos y más independientes en la realización de tareas. Además, los niños a menudo presentan miedos que solamente podrían esperarse en niños mayores.
El desarrollo del lenguaje es otro buen indicador de la precocidad que puede ser traducido, por ejemplo, en el uso de vocabulario avanzado, teniendo en cuenta la edad y el nivel de escolaridad, en la riqueza de expresión, elaboración y fluidez en el uso de lenguaje polisémico.
Tras esta reflexión podría ser un poco más fácil de entender por qué a veces los psicólogos emiten opiniones relativas desfavorables relativamente a la entrada anticipada en el primer año. Po el hecho de que los niños no están siempre debidamente preparadas para ingresar precozmente en la escuela es fundamental que no les sean creadas expectativas de que tal acceso ocurrirá sin tener garantías previamente.
