Uno de los primeros hombres en realizar experimentos con globos para su uso como medio de transporte fue el padre jesuita portugués Bartolomeu de Gusmão, también conocido como el padre volador. El mismo inició sus estudios para alcanzar la hazaña en 1708, habiendo realizado demostraciones de su invención a la familia real portuguesa.
Se cree que el jesuita consiguió volar en un globo, pero no hay evidencias documentadas de ese hecho. Solamente en 1783 fue documentado el hecho de una estructura más pesada que el aire capaz de transportar personas. Ese invento fue atribuido a los hermanos franceses Joseph y Jacques-Étienne Montgolfier.
Historia
El globo aerostático ha existido por más de 2000 años. Se sabe, sin embargo, que la primera demostración de un objeto volador fue hecha por el jesuita Bartolomeu Lourenço de Gusmão, quien en 1709 con tan sólo 23 años, mostró al rey Juan V de Portugal un globo que se elevaría a unos 4 pies pero que terminaría incendiado.
El exceso de optimismo con el que el artefacto se presentó desafortunadamente llevó al padre Bartolomeu al descrédito y sólo el 4 de junio 1783 ocurrió el verdadero nacimiento de las actividades aéreas con el vuelo de globo a través de los hermanos franceses. Ese mismo año se realizó el primero vuelo tripulado y el lanzamiento del globo de gas (hidrógeno). A partir de ahí, durante más de un siglo, el globo aerostático evolucionó como la única actividad aérea, trayendo en su desarrollo lógico también la innovación de los dirigibles.
Las actividades aéreas deportivas se iniciaron con la competición Gordon Bennet de globos de hidrógeno en París, el 30 de septiembre de 1906. Desde el punto de vista deportivo, apenas la renovación del globo de aire caliente trabajo un desarrollo real, surgiendo el primer campeonato de globos aerostáticos en 1963 y el primer campeonato mundial en 1973.