Apenas recientemente el hombre logró dominar la tecnología de registrar el fenómeno sonoro. A pesar de haber varios registros en la historia de estudiosos que debatieran el problema, solamente en el siglo XIX, el sonido sería registrado de manera satisfactoria.
En 1877, el inventor norteamericano Thomas Edison desarrolla el primer aparato práctico de grabación sonora, donde el sonido era registrado por medio de una aguja que marcaba un cilindro de cera. En ese sistema, los surcos realizados por la aguja, cuando nuevamente eran recorridos, exponían la grabación realizada. Tal aguja quedaba contectada a un diafragma que tenía como función amplificar el sonido grabado.
Edison se apresuró en patentar este sistema pionero al siguiente año de desarrollarlo, habiendo otras compañías siguiendo el invento, produciendo cilidros y aparatos fonográficos grabados o nuevos listos para realizar una grabación
La grabación y reproducción sonora por medio de los cilidros de cera permaneció popular entre los consumidores en general hasta alrededor de 1910. A pesar de los cilindros tener una buena sonoridad, luego surgieron los discos de goma laca (más tarde conocidos como discos de 78 rpm o discos de gramófono), una técnica desarrollada por otro científicos norteamericano, Emile Berliner en 1889. Su sistema de discos, cuyo sonido era reproducido a partir de una aguja que recorría sus surcos, tuvo patente registrada con el nombre de gramófono. Los discos de gramófono eran más simples de fabricar, más fáciles ser almacenados y transportados, eran más duraderos (a pesar de ser tan frágiles) y poseían una calidad sonora levemente mejor, además del hecho de poder almacenar dos canciones, en detrimento del cilindro, que traía apenas una. Su predominio entre el público consumidor se dio de modo bastante lento, pues la producción regular de discos se inició apenas diez años después de la patente de Berliner, y además de ese periodo continuó disputando el mercado consumidor naciente de las grabaciones sonoras con el cilindro de Edison por cerca de una década todavía.
Los discos no poseían un patrón, llevando algún tiempo para las empresas definirse por un formato que agradaba al consumidor. Existían varias velocidades en los discos, desde las 76 rotaciones por minuto hasta las 82; las dimensiones también variaban cerca de 2 a 5 minutos cada cara. El mercado terminó por aceptar tácitamente el modelo de disco manufacturado por la empresa Victor (después RCA Victor, actualmente parte de Universal Music Group) que producía discos de 25 a 30 centímetros (dedicados a óperas y obras de mayor duración), que rodaban a 78 rotaciones por minuto y almacenaban aproximadamente tres minutos de música en cada cara. En medio de la década de 1920, el tradicional sistema mecánico de grabación es sustituido por la tecnología de la grabación eléctrica, lanzado por la grabadora Columbia (actual Sony Music) que aumenta en mucho la calidad de las grabaciones realizadas.
La próxima innovación dentro de la tecnología de grabación vendría con el surgimiento del LP (Long Playing) en 1948, también obra de Columbia. Ejecutado a 33 1/3 rotaciones por minuto, hecho de vinilo flexible, más resistente que los antiguos discos para gramófono, este luego se estableció como un patrón y más tarde como un objeto de culto para coleccionistas. Más tarde surgió la tecnología de grabación por cinta magnética, que, en la década de 1960 vendría a evolucionar a la cinta cassete. Tal tecnología permitía al público una mayor distribución de música libre de control rígido ejercido por las grabadoras, proliferando a partir de ahí la difusión entre usuarios, la criticada práctica de ‘piratería musical’, hasta hoy ampliamente extendida y aceptada socialmente.
En 1978 es desarrollado el Compact Disc (CD), que en poco tiempo sustituye la tecnología del disco ejecutado por un medio físico, en el caso, la aguja. Ahora, la reproducción sonora se da por medio de la lectura óptica del disco a través de emisiones a laser. Sigue la evolución en 1995 con el perfeccionamiento de esta tecnología, el DVD, y luego, en 2001, el Blu-Ray, que utilizaba un espectro de color azulado del láser para obtener resultados superiores a los obtenidos con el CD y el DVD.