Los glóbulos rojos (o eritrocitos) son células circulares presentes en la sangre que viven en el organismo por 120 días y, además, se componen de hemoglobina y globulina. La hemoglobina, una proteína roja que contiene hierro, es considerada la principal proteína intracelular de las células rojas de la sangre, y su función es la de transportar oxígeno en la sangre. Por otro lado, las globulinas son una de las proteínas presentes en el plasma sanguíneo, junto con la albúmina y el fibrinógeno y sus funciones son, básicamente, el transporte y la coagulación de la sangre.
Los glóbulos rojos son también conocidos por los términos de ‘eritrocitos’ y ‘hematíes’, y su principal función es el transporte de dióxido de carbono en la sangre. La cantidad de glóbulos rojos en la sangre de cada ser humano es variable y condicionada por distintas situaciones, por ejemplo, en cuanto al sexo: en las mujeres adultas existen alrededor de 4,8 millones de eritrocitos por milímetro cúbico; ya en los hombres adultos la cantidad es de aproximadamente 5,5 millones por milímetro cúbico.
Producción de glóbulos rojos
Designada como eritropoyesis, la producción de glóbulos rojos o eritrocitos es un proceso que se produce en la médula ósea roja. En el proceso, iniciado por una célula madre que genera cuatro células, ocurre la síntesis de ADN y de hemoglobina, mitosis y absorción de hierro. Así, en el periodo de tres días, originarán glóbulos rojos maduros anucleares, es decir, desprovistos de núcleo. Desde ese momento, esos nuevos eritrocitos actuarán como reservas energéticas responsables por el transporte de oxígeno y dióxido de carbono y vivirán en el organismo durante 120 días.
Enfermedades asociadas a los glóbulos rojos
Muchas enfermedades están asociadas con las células rojas de la sangre, por ejemplo, la anemia. Así, la ‘microcitosis’ corresponde a la disminución del tamaño de los eritrocitos y está íntimamente asociada con la deficiencia de hierro, anemia sideroblástica (donde la médula ósea produce sideroblastos anillados en lugar de glóbulos rojos sanos) y talasemia. Por otro lado, la conocida como ‘macrocitosis’ sucede con el aumento del tamaño de los eritrocitos en la sangre y se relaciona con la deficiencia de la vitamina B12, hipotiroidismo, anemia aplásica y enfermedad hepática.
La anemia es una enfermedad caracterizada por la disminución de las células rojas de la sangre y consecuentemente con la dificultad en el transporte de oxígeno. Algunos tipos de anemias incluyen: anemia de células falciformes, anemia por deficiencia de hierro, anemia hemolítica, anemia perniciosa, anemia aplásica, esferocitosis, eritrocitosis y talasemia.