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Expansión del budismo en el mundo oriental

Budismo en el mundo
El budismo se extendió aceleradamente por toda la India. Debido a grupos de misioneros enviados por el monarca Asoka, la religión fue extendida tanto al sur de la India como por el noroeste del subcontinente. Según escritos de la fase del monarca Asoka, igualmente se mandaron grupos de misioneros a recorrer el mar Mediterráneo, aunque sin alcanzar resultados confortables.

La expansión asiática

El budismo se introdujo en Japón en el siglo VI d.C., en el momento en que un monarca coreano buscó una alianza con el monarca del clan Yamato. Para agradar a los japoneses, el monarca coreano les obsequió con una estatua de Buda y algunas escrituras sagradas budistas, que calificó como los mayores tesoros que podía mandar. El Daibutsu (Gran Buda) de Kamakura (Japón) fue producido en bronce en 1252, probablemente por Ono Goroemon o Tanji Hisatomo (ambos maestros del bronce en aquel tiempo). La estatua mide más de 10 metros y pesa más de 100 toneladas. La figura representa a Amitabha (en Japón adorado con el nombre de Amida), en reposo y actitud calma.

Al monarca Asoka, a su hijo Mahinda y a su hija Sanghamitta se les relaciona directamente con la conversión de Sri Lanka al budismo. A partir del comienzo de su reinado, el budismo Theravada se transformó en la religión oficial de este país.

Según la tradición, durante el reinado de Asoka las doctrinas de la escuela Theravada habrían sido llevadas a Birmania desde Sri Lanka, aunque no existe constancia de su presencia en este país hasta el siglo V d.C. A lo largo del siglo VI, el budismo Theravada se extendió desde Birmania hasta los territorios de la actual Tailandia. La religión fue adoptada por los tailandeses en el momento en que definitivamente se hubieron asentado, desde el suroeste chino, en la zona tailandesa; esto ocurrió entre los siglos XII y XIV. Con el florecimiento del reino de Tailandia, el budismo Theravada fue adoptado como religión oficial. A lo largo del siglo XIV la casa real de Laos hizo lo mismo.

Tanto el budismo Mahayana como el hinduismo empezaron a influenciar en el pueblo de Camboya a finales del siglo II d.C. Mismo así, tras el siglo XIV y bajo la influencia tailandesa, el budismo Theravada fue convirtiéndose de manera gradual en la religión con mayor auge en Camboya.

Hacia el siglo I d.C. el budismo fue llevado a Asia central. Desde allí, y durante ese mismo siglo, entró en China siguiendo las rutas del comercio. A pesar de que sobrellevó la disconformidad del confucianismo (lo que derivó en severas persecuciones durante el año 446, en la fase 574-577 y en el año 845), el budismo consiguió asegurarse e influenciar con fuerza en la cultura china, adaptándose, a su vez, a las tradiciones del país. El periodo de mayor influencia del budismo chino concluyó con la gran persecución del año 845. A pesar de esto, los conjuntos Zen (o Ch’an), enfocados a la meditación (del sánscrito dhyana, ‘meditación’), y de la Tierra Pura, que ponen mayor énfasis en la devoción, continuaron siendo relevantes.

Desde China, el budismo continuó su expansión asiática. Las autoridades del confucianismo se encontraban completamente en disconformidad con que el budismo llegara a Vietnam, sin embargo la influencia Mahayana se hacía sentir allí desde tiempo atrás, alrededor del año 189. Según algunas revelaciones, el budismo llegó por primera vez a Corea, desde China, en el 372. Desde ese momento, y dada la fuerte influencia que durante siglos tuvo China en ese país, Corea fue convirtiéndose gradualmente.

El budismo fue llevado a Japón desde Corea. A pesar de que los japoneses ya tenían conocimiento de esta religión, el 552 d.C. se celebra el año de su introducción oficial en el país. En el 594, el regente Shotoku Taishi la manifestó religión oficial de Japón.

El budismo llegó al Tíbet a comienzos del siglo VII d.C. por influencia de las esposas extranjeras del monarca. A mediados del siglo próximo, había adquirido una fuerza bastante significativa dentro de la cultura tibetana. Un personaje que tuvo gran protagonismo en el avance del budismo tibetano fue el monje hindú Padma Sambhava, que había acudido al Tíbet en el 747. Su destacado interés era expandir el budismo tántrico, rama que se transformó en la más fuerte dentro del Tíbet. Tanto los budistas chinos como los hindúes competían por la influencia de su religión en el Tíbet, hasta que a fines del siglo VIII los chinos fueron derrotados y desterrados del país.

El budismo Theravada es, desde el siglo XIV d.C., la religión mayoritaria en Laos. Tal suceso deriva del casamiento que tuvo lugar en aquel tiempo entre el príncipe Fa Ngum, autor del Estado laosiano, con una princesa del reino jemer de Angkor, devota fiel al budismo. Cada poblado tuvo en la antigüedad su templo y la vida de la población giraba en torno al almanaque budista.

Siete siglos después, los budistas tibetanos habían adoptado la idea de que los abades de los grandes monasterios eran reencarnación de célebres bodhisattvas. A raíz de esto, el destacado de los abades se hizo conocido como Dalái-lama. Desde mediados del siglo XVII hasta 1950, año en que China conquistó el Tíbet, los Dalái-lama dirigieron el Tíbet como una teocracia.

Nuevos grupos y escuelas

Tanto en China como en Japón y en toda Asia occidental se desarrollaron y realizaron relevantes formaciones budistas, entre las cuales las más prominentes fueron el Zen (o Ch’an) y el de la Tierra Pura (o Amidismo).

La escuela Zen practica la meditación como camino para conocer intuitivamente y de manera inmediata la naturaleza interior de Buda. Fue fundada por el monje hindú Bodhidharma, que llegó a China en el año 520. Otorga una especial relevancia al entrenamiento personal en lo que significa la iluminación, más que al aspecto doctrinal o al estudio de las escrituras.

En lugar de meditar, la doctrina de la Tierra Pura recalcaba la fe y la devoción hacia Amitabha o Buda de la Luz Infinita, lo que implicaba el revivir en un paraíso eterno conocido como la Tierra Pura. Más que ser el trofeo por la piedad y bondad de los hombres, el revivir en este paraíso occidental dependía de la gracia y del poder de Amitabha. Los devotos mostraban su devoción a Amitabha por medio de la inacabable repetición de la frase ‘Homenaje a Buda Amitabha’. El simple acto de recitar estas palabras de manera sincera podía ser suficiente para respaldar la entrada en la Tierra Pura.

Una relevante secta japonesa del budismo Mahayana es la del budismo Nichiren, que recibe este nombre en honor de quien la fundó en el siglo XIII. La secta Nichiren creía que en el Sutra del Loto se encontraba la esencia de las instrucciones de Buda. Su contenido puede ser resumido en la frase ‘Homenaje al Sutra del Loto, con cuya simple repetición los devotos podían conquistar la iluminación.

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