Si pudieses proteger la atmósfera contra la contaminación atmosférica haciendo la elección correcta del combustible de tu vehículo, ¿lo harías? Lo que vamos a presentar a continuación es una comparación entre la gasolina y el alcohol etílico (etanol). La cuestión que nos concierne aquí es: ¿Cuál de ellos contamina más?
Alcohol combustible: compuesto por hidrógeno, oxígeno y carbono. También llamado etanol o alcohol etílico, es producido por la fermentación de la caña de azúcar. Es un combustible derivado del petróleo y por ella tiene una ventaja: su quema emite menos gases contaminantes en la atmósfera.
El poder calorífico del etanol es de 6300 cal/g, este valor representa la capacidad del combustible para liberar energía para ser quemado. En el caso del etanol el valor es alto, lo que significa que es capaz de mover el vehículo con menos combustible, que se refleja en menos contaminantes.
Gasolina: compuesto básicamente por hidrocarburos (carbón e hidrógeno). Presenta como productos de su combustión dióxido de carbono y monóxido de carbono. Dióxido de carbono (CO2) es un gas peligroso que contribuye al efecto invernadero y al calentamiento global. Ya el monóxido de carbono (CO) es un gas formado por la combustión incompleta y se acumula en nuestra atmósfera en la forma de un contaminante (smog = neblina oscura). Ambos son dañinos para la humanidad.
El etanol es un combustible que no afecta la capa de ozono y no es tan peligroso para la atmósfera como la gasolina. La mejor noticia es que en los últimos años el precio del etanol se ha ido volviendo accesible el respuesta al aumento del precio del petróleo y, en el 2003, comenzó la producción de vehículos flex fuel (motores que funcionan con etanol y gasolina). Ese fue el impulso que el alcohol necesitaba para volverse más utilizado, pero incluso así los coches movidos por gasolina siguen siendo mayoría.
¿Y tú, cuál de ellos utilizarías para garantizar un futuro mejor a las generaciones venideras?