El uso de animales como sujetos de prueba es antiguo. La selección de diferentes organismos como cobayas tiene su aplicación extendida desde el siglo XIX, cuando los científicos de la época trataron de resolver los problemas de la salud humana. El primer experimento en animales fue en 1982 cuando el ADN de un ratón se introdujo en un roedor doméstico.
¿Te has preguntado por qué los ratones son los conejillos de indias favoritos y más utilizados en los laboratorios?
El ratón se elige para las diversas experiencias por varios factores, uno de ellos es por su fisiología, muy similar a la fisiología humana.
Además, el período de embarazo de los ratones es de sólo 21 días (muy breve en comparación con otros animales), por lo que resultados experimentales se pueden comprobar rápidamente.
Las hembras dan de tres a seis camadas por año, lo que hace extremadamente ventajoso su uso cuando el deseo del científico es probar el efecto de medicamentos sobre los descendientes de quien irá a consumirlos.
Hoy en día, los avances en genética y biología molecular, permiten a los investigadores fabricar sus cobayas de acuerdo a sus necesidades de estudio.