La moda surgió a mediados del siglo XV a principios del Renacimiento europeo. La palabra moda significa costumbre y etimológicamente procede del latín ‘modus’. La variación de la característica de las vestimentas surgió para diferencia lo que antes era igual, cuando se utilizaba un mismo estilo de ropa desde la infancia hasta la muerte excluyendo rituales y tradiciones.
Desde la Edad Media, la ropa era diferente siguiendo un patrón que aumenta de acuerdo a la clase social, incluso hubo leyes donde las telas y los colores quedaban restringidos sólo a los nobles.
La burguesía no era noble, pero era adinerada. Pronto pasó a imitar el estilo noble de las ropas iniciando un proceso de gran trabajo a los costureros que a partir de entonces eran obligados a producir diferentes estilos que distinguieran a la nobleza respecto a la burguesía.
La difusión de la variedad de vestimentas tuvo su auge con la Revolución Industrial en el siglo XVIII. Gracias a la masificación de los productos, el costo de los tejidos disminuyó notablemente. A partir de entonces, hasta los más humildes pudieron comprar ropas de mejor calidad y variedad.
Incluso después de la facilidad de las confecciones, las mujeres todavía eran privadas de la modernidad continuando con las mismas vestimentas. A partir de esta dificultad apareció pronto la alta costura, responsable de producir diferentes estilos por medio de estilistas que inventaban tendencias como auténticos artistas. Se iniciaba así un nuevo arte que enlazó la costura con el mercado de consumo.