Hornilla prendida en la cocina © Ilya, Flickr®
Para un material calificarse como sólido, líquido o gaseoso, primero debe tener materia. Ese no es el caso del fuego, considerando que se trata de una forma de energía. La duda surgió con la propuesta de que el fuego tendría dos estados físicos: gaseoso y plasma.
Para quienes no conozcan, el plasma se caracteriza por la presencia de iones recalentados que constituyen el llamado gas ionizado, una forma diferente del estado gaseoso. Los científicos lo designaron de cuarto estado físico de la materia. En la composición de las estrellas, del cosmos, podemos encontrar materia en ese estado.
No es necesario ir hasta el espacio para ver de cerca, podemos encontrar sustancias en el estado físico de plasma en nuestra propia casa, un ejemplo es el material presente en el interior de las lámparas fluorescentes (lámparas de tungsteno).
Reasumiendo las propiedades físicas del fuego, como sabemos, se trata de una energía liberada por la reacción de oxidación entre un combustible y un oxidante, dando lugar a las reacciones de combustión. Si observamos las llamas producidas durante el proceso podremos notar la presencia de la coloración azul y roja.
Esa fue la cuestión que dio espacio para la suposición de que en el fuego podríamos encontrar materia en dos estados físicos: la llama roja estaría en el estado gaseoso y la azul en el estado de plasma. Pero como ya vimos, el fuego es energía y no se encaja en esa clasificación.
La diferencia en la coloración se implica en la intensidad de la llama, las llamas azules son más calientes, podemos comprobar esa propiedad en el fuego de nuestra hornilla de cocina: la llama producida tiene coloración azul.