La tradición entre los nobles de enterrarse en tumbas construidas en sus propios centros de influencia en lugar de hacerlo en la capital, se mantuvo imperante. A pesar de que muchas de ellas estuvieron decoradas con relieves, como, por ejemplo, las tumbas de Asuán, en el sur, otras como las de Beni-Hassan, en el Egipto Medio, fueron por norma general decoradas únicamente con pinturas. Los ejemplos preservados muestran el oficio de los artistas y artesanos locales en su intento por adherirse a los modelos de los talleres regios.
Aparecen algunas novedades en los tipos y formas representativas, aunque los antiguos modelos aún servían de guía para muchos temas y composiciones. La pintura además decoraba los sarcófagos rectangulares de madera tradicionals de este periodo. Los dibujos eran muy lineales y reflejan una gran minuciosidad en los detalles.
Artes decorativas
El Imperio Medio fue además una época en la que se produjeron magníficos proyectos en artes decorativas, en específico gemas realizadas en metales preciosos con incrustación de piedras de colores. En este periodo aparece la técnica del granulado. El barro vidriado alcanzó gran relevancia para la realización de amuletos y pequeñas figuras. Tal vez lo más conocido fueron los hipopótamos de barro vidriado en color azul decorados con pinturas de plantas acuáticas.