El amianto es una fibra mineral natural extraída de las rocas. Se utiliza para fabricar tejas y como materia prima para la elaboración de otros materiales de tipo industrial. Llegó a ser ampliamente utilizado en virtud de sus ventajas económicas (precio asequible y abundancia en la naturaleza) y propiedades: es resistente al calor; no se deteriora; es un buen aislante térmico, acústico y eléctrico.
Contaminación por amianto
Este mineral también es conocido como asbesto y puede ocasionar la enfermedad asbestosis (nombre técnico), popularmente llamada de pulmones de piedra.
Según la investigación, todo comienza con una reacción inflamatoria causada por la exposición a largo plazo a las fibras. Por ser muy finas, ellas entran en el tracto respiratorio por inhalación. La inflamación es continua y va empeorando con el tiempo, es decir, es una enfermedad progresiva, y después de un determinado periodo (cerca de diez años) surge la asbestosis, con la consecuente pérdida de la capacidad respiratoria.
Además de dañar los pulmones, las fibras microscópicas presentes en el cuerpo pueden causar cáncer a través de la formación de especies reactivas de oxígeno. Estas especies causan daños en el ADN, y a partir de ahí ocurren las mutaciones celulares que dan origen a las células cancerígenas.
Hasta comienzos de la década de 1980, los trabajadores no utilizaron ningún tipo de protección y el amianto explorado comercialmente era del tipo anfibólico (fibras duras, rectas y puntiagudas), este formato de las fibras lo hace más agresivo para la salud. Los trabajadores de la industria de amianto de este periodo presentaron los primeros síntomas de la enfermedad.
El amianto permitido es del tipo crisotilo, o amianto blanco, un mineral perteneciente al grupo de la serpentina, de coloración blanca y menor potencial nocivo debido a las fibras curvas y maleables.
Algunos médicos han afirmado que el riesgo surge solamente cuando el material está roto, rayado o dañado, y su polvo (rico en fibra) aparece en el medio ambiente.
Sin embargo, el asbesto ha sido prohibido en los Estados Unidos y en caso toda la Unión Europea. En varios países, aunque extendido, su uso es parcial y la comercialización del amianto estrictamente prohibida.
Cabe recordar que, como ésta es una sustancia que puede causar cáncer, no hay ningún nivel seguro de exposición.
