El libro «Berggasse 19» reúne retratos íntimos de Freud, como una crónica de su vida cotidiana.
En 1938, dos meses después de la ocupación nazi a petición de un colega de Freud, el fotógrafo Edmund Engelman, tomó alrededor de 150 fotos de la oficina de Freud de la familia y otras instalaciones de la residencia «Berggasse 19», de Viena. Berggasse 19 es la ubicación de la casa donde vivió y trabajó durante 47 años, Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis.
Sólo con el uso de luz natural, que se utilizó para evitar atraer la atención de la Gestapo, a lo largo de varios días en mayo de 1938, el fotógrafo joven y talentoso inmortalizó el hogar y la oficina de Sigmund Freud en una serie de imagenes del entorno en el que Freud vivió y trabajó durante casi toda su carrera. El escenario de la fotografía fue escenario de la práctica clínica y del «ethos» psicoanalítico.
Las fotografías son parte de un libro que también contiene las memorias de Engelman. Lo que inicialmente estaba destinado a ser sólo un registro visual de los lugares que se dejó atrás a causa de la ocupación nazi, se convirtió en el principal archivo documental de la vida de uno de los mayores pensadores contemporáneos.
El psicoanálisis que hasta entonces había sido considerado como un renegado por la ciencia de la cultura victoriana, se extendió a partir de mediados del siglo XX, como Freud lo había predicho. Su teoría golpeó el narcisismo de la modernidad y colocó en su lugar la reflexión en las ciencias humanas de forma densa y decisiva.
Las fotografías hechas por Edmund Engelman, cargan la tensión de su ambiente inicial. Además, aportan un sabor de incertidumbre y una visión sombría, donde Freud después de años de experiencia analítica de escucha a los dolores, angustias, fantasías y deseos en las profundidades del ser humano, luchaba contra un cáncer y veía su vida deshacerse por los días que seguían por delante de sí.
