Los Derechos Humanos son un conjunto de leyes, beneficios y privilegios que deben ser reconocidos como esenciales por el individuo para que pueda tener una vida decente, o que no sea inferior ni superior a los demás porque sea de distinto sexo, grupo étnico o religión diferente o, incluso, por su pertenencia a un determinado grupo social. Todos ellos son importantes para tener una convivencia pacífica.
Este conglomerado de directrices son también un conjunto de reglas por las que el Estado y la sociedad deben guiarse. El papel de los Derechos Humanos es proteger a las personas de la arbitrariedad, el autoritarismo, la prepotencia y el abuso de poder dentro de una comunidad. Representan la libertad de los seres humanos y su origen está asociado al individualismo de las sociedades que se fue creando a lo largo de los tiempos y, como consecuencia, empujaría a la necesidad de limitar el poder del Estado sobre los individuos estableciendo unas normas de conducta. De esta forma, los Derechos Humanos se asocian a una idea de civilización, armonía social, democracia, igualdad y dignidad para todas las personas.
Origen de los Derechos Humanos
La Historia de los Derechos Humanos comienza a tener relevancia en el siglo XVIII a través de los filósofos Hobbes y Locke y más tarde por Montesquieu, Voltaire y Rousseau. Estos filósofos allanaron la existencia de derechos naturales inalienables, tales como la existencia, la libertad, la propiedad de los activos, y dieron una nueva concepción de la obediencia, lo que limita el ámbito del Estado.
A partir de este cambio de mentalidad, los derechos humanos comenzaron a evolucionar y también comenzaron a tener un cargo diferente en los programas de gobierno que se pueden traducir en las declaraciones de derechos fundamentales comunes a toda la humanidad.
Una de las principales referencias de todas las constituciones políticas de los estados liberales es el cuerpo de la Declaración sobre los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, que dio una influencia para garantizar la libertad personal, la igualdad de derechos, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión.
Valores como la dignidad humana, la igualdad ante la ley, la libertad de pensamiento, y un gobierno democrático se consideran hoy los principios básicos de la ética y la política social, ya que estos valores representan el ideal político-legal filosófico en una sociedad que se está convirtiendo y transformando el mundo.
La Segunda Guerra Mundial fue un acontecimiento donde muchos de los derechos humanos no se respetaron y fue entonces cuando se produjeron una serie revueltas reclamando la aplicación de estas normas. Después de este grave incidente y eventos trágicos como el Holocausto, sería creada la primera Declaración Universal de los Derechos Humanos destinada a establecer la paz entre las naciones y el consenso entre las personas.
Evolución de los Derechos Humanos
Con todo lo anterior, podemos considerar que el origen de la aplicación de los Derechos Humanos se debió a la necesidad de proteger a la población contra la acción del Estado y la arrogancia de ellos y era una forma de afirmar la estabilidad y la seguridad contra el abuso de poder.
Los derechos también se aplican en la vida cotidiana de las naciones y las comunidades, y son publicados por organismos como la ONU (Organización de las Naciones Unidas), responsable de resaltar derechos de las minorías o los grupos desfavorecidos. Un ejemplo es el ‘Convenio Europeo de Derechos Humanos’ (1950) o la ‘Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales’ (1963), entre otros acuerdos internacionales.
Hoy en día existe unanimidad generalizada en cuanto a su reconocimiento, pero no siempre es así. En varios países, asuntos como la globalización han afectado en cierta medida a la interpretación de estos derechos. También, en aquellos países donde dominan religiones basadas en el fundamentalismo (retorno a la pureza de las tradiciones culturales) peligra el sentido ético de estas normas. En muchas regiones del planeta aún no se cumplen estos principios porque van en contra del comportamiento, tradición, religión o política social, lo que impide a los individuos obtener lo que es justo y poniendo en duda la validez universal de estos derechos.