Apolo 17 en la Luna © Wikimedia Project
Una hermosa noche pide la presencia de una estrella más grande para adornar el cielo. Al lado de estrellas, la Luna se destaca por su tamaño y brillo. Ante tanta belleza, surge la pregunta: ¿De qué se compone la Luna? Varias suposiciones ya surgieron sobre ese asunto, como por ejemplo, que la Luna es producto de la condensación de una porción grandiosa de gases que fueron capturados por la fuerza gravitacional de la Tierra.
Cuando se trata de la composición de la Luna, ésta ya se ha comprobado mediante muestras del espacio en los años 60. El análisis de las muestras reveló la presencia de basalto (componente de las rocas), lo que evidencia que se trata de una roca volcánica como las encontradas aquí en nuestro planeta.
El basalto surgió en la Tierra a partir de la erupción de volcares que lanzaron rocas derretidas para el aire y el mar. El basalto, a su vez, se compone de los elementos hierro, aluminio, magnesio y silicio, siendo el último encontrado en mayores cantidades.
Al igual que la Tierra, la Luna se subdivide en tres partes: corteza, manto y núcleo, aunque con sólo una diferencia – en la Luna, en virtud de una mayor refrigeración, la corteza es bastante dura.